Esto es lo único que ha pedido a los Reyes Magos Manuel, un niño recién operado del corazón
Este menor acaba de ser operado de su cardiopatía con una novedosa técnica a través del pezón realizada por el equipo del Gregorio Marañón
Hace apenas seis días operaron a Manuel, de 12 años, de corazón, y ya no se le nota la cicatriz. Sentado en su habitación del madrileño Hospital General Universitario Gregorio Marañón , se abre un poco la bata azul y reta a quien le visita a percibir algún atisbo de lo que ha vivido hace menos de una semana. Nada. Es uno de los 300 pacientes con alguna patología cardíaca leve que han pasado por las manos del Servicio de Cardiología Infantil del citado centro materno infantil y que han sido operados con una novedosa técnica, mucho menos invasiva, que no deja cicatriz visible.
No todo el mundo puede acceder a ella, solo aquellos que presenten «una patología catalogada "entre comillas" como simple, que apenas da síntomas y que para el cirujano son menos complejas», remarca una y otra vez el doctor Juan Miguel Gil Jaurena, jefe de Cirugía Cardíaca Congénita del Gregorio Marañón. En el caso del pequeño Manuel , apunta, «se trataba de un agujero en un tabique del corazón que no debería estar ahí y que permite hacer vida normal pero que a largo plazo da problemas. Típicamente se detecta durante el embarazo, o durante una revisión de salud de la empresa...».
En el caso de Manuel, se dieron cuenta tras una revisión rutinaria el pasado mes de mayo realizado por la Federación Cántabra de Fútbol nos preguntaron si él notaba algo después de hacer ejercicio, y le mandaron directamente a revisar por el pediatra, y de ahí al hospital, porque habían detectado la lesión», relata Ángela Hidalgo-Suárez, la madre. Manuel entrenaba dos veces por semana, los fines de semana participaba en una liga, y durante los torneos jugaba hasta dos partidos en un día, pero no notaba nada, «solo me cansaba un poquito, pero ni me mareaba ni nada», explica este niño. «Nosotros lo achacamos a las prisas con las que vamos todos por la vida.
«Nos asustamos muchísimo -reconoce esta mujer- porque el padre de Manuel había fallecido hace solo cuatro años de un infarto. Pero afortunadamente, esto no tenía nada que ver». Desde la primera consulta, prosigue, «nos anunciaron que tendríamos que ir a Madrid para la operación, pero nos dieron mucha confianza, porque nos avisaron de que estábamos en buenas manos, el doctor que lo operó es un ángel, ¡diría yo!», apunta. De hecho, Manuel estará un tiempo con poca medicación y, en breve, podrá hacer vida prácticamente normal.
La operación
Su operación ha sido diferente. En lugar de abrir el hueso del esternón, explica este doctor, «en este tipo de cirugías menos complejas para el cirujano intentamos buscar un acceso más discreto, que en el caso de las mujeres es por debajo de la mama, coincidiendo con el aro del sujetador, y en el caso de los hombres, de Manuel en este caso, directamente por el pezón. Se trata de una pequeña "frivolidad cosmética" que surge como alternativa a la esternotomía pero que solo se puede realizar, insisto, en casos de cardiopatías no muy complejas. No tenemos un "menú" de patologías susceptibles de ser operadas bajo esta novedosa técnica, depende de la cardiopatía, del tamaño del paciente, de muchas variables», apunta Gil Jaurena.
Este tipo de operaciones menos invasivas llevan practicándose unos 15 años pero esta concreta a través de la areola mamaria en varones está, en realidad, comenzando a ser una realidad ahora. «Esto solo es posible después de que un equipo inmenso de profesionales (cirujanos, anestesistas, plásticos, perfusionistas, enfermeras...) le hayamos dedicado mucho tiempo a la investigación para buscar este acceso. Lo hemos estudiado, hemos realizado cursos en España, en Alemania, hemos operado animales en la Facultad de Veterinaria y por fin, nos hemos visto confortables para dar este paso. Nos apoyamos en una video cámara y la operación la realizamos a través de la pantalla. Se trata de un cambio de filosofía para el cirujano», reconoce.
La historia de Manuel
Por el momento de la operación casi ni se ha enterado, dice él. «No me ha dolido nada. Tenía un poquito de miedo, la noche de antes no dormí casi nada... Me llevaron a quirófano y cuando abrí los ojos de nuevo pensé que no habían empezado y pedí anestesia», rememora Manuel, entre risas. «Van a ser mis mejores Navidades. No quiero regalos. Solo voy a pedir un perro a los Reyes Magos. Un bulldog francés», especifica. «Lo vamos hablando», responde esta mujer. «Algo así te cambia la vida, estamos viviendo una segunda oportunidad, después de esto todo se relativiza, ahora toca descansar y disfrutar de las fiestas» , reconoce la madre de este niño.
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