Elegir colegio: ¿en qué pensar para decidirnos por uno?
Hay que considerar que se trata, probablemente, de la etapa de mayor estabilidad en las vidas de nuestros niños: ni más ni menos que un periodo de quince años
La elección del colegio es uno de los asuntos de mayor importancia a los que se enfrentan las familias. Hay que considerar que se trata, probablemente, de la etapa de mayor estabilidad en las vidas de nuestros niños: ni más ni menos que un periodo de quince años. Años que son esenciales no solo para el aprendizaje sino, sobre todo, para la conformación de la personalidad. Sin duda merece la pena valorar las alternativas y dedicar un tiempo a la reflexión.
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La pregunta que debemos hacernos no es ¿cuál es el mejor colegio? sino ¿cuál es el colegio más adecuado para nuestro hijo? Y es que cada niño es un mundo y el hecho de que vaya a pasar siete horas diarias en el centro es un tema a valorar. Por ello es importante que miremos sus necesidades, no las nuestras. Un tema interesante que debemos valorar es el aula donde nuestro pequeño estará cada día y el material que se encuentra en él, la distancia a los baños, la comodidad de las sillas y mesas… Además, si tenemos pensado que se quede a comer en el centro, lo ideal es poder visitarlo y observar sus características. ¿Qué tipo de cocina tiene? , ¿es catering o elaboran el menú en el colegio?, ¿qué tipo de alimentos ofrecen a los niños?
Una cuestión de prioridades
La elección de colegio debe ser fruto de una reflexión profunda, valorando todas las opciones que nos ofrece la pedagógica y la didáctica para seleccionar aquellas que mejor nos permiten alcanzar nuestros objetivos. Luis Martínez-Abarca Lorán, director de área de Colegios CEU , explica cómo proceden en sus centros: «En los Colegios CEU hacemos nuestra una imagen del Papa Francisco que habla de corazón, cabeza y manos al referirse a la educación. El corazón son sus principios, el espíritu fundacional y los valores que impulsan el proyecto educativo. No pueden quedar en una pura entelequia, deben conformar toda la actividad escolar del centro. La cabeza es la definición pedagógica y su concreción didáctica . No pude ser un mero coctel comprado al peso en el supermercado de la innovación, de ser así tendríamos un colegio sin corazón. Debe ser fruto de una reflexión profunda, valorando todas la opciones que nos ofrece la pedagógica y la didáctica para seleccionar aquellas que mejor nos permiten alcanzar nuestros objetivos y cumplir los principios fundacionales. Las manos son las acciones, los proyectos concretos , la concreción formal, trasversal y vertical, del proyecto para alcanzar los objetivos específicos. Es la coherencia entre la familia y el colegio en estos tres aspectos lo que debe ser determínate a la hora de elegir colegio».
El proyecto educativo
En cuanto al proyecto educativo, cierto es que no existe un método infalible. Cada vez más, los centros públicos y concertados implantan el llamado aprendizaje por proyectos. Este método consiste en que los alumnos lleguen a asimilar los mismos conocimientos pero por otra vía. No existe un libro para cada materia, sino que los docentes elaboran los materiales de cada área, y marcan el ritmo de las clases en función de las necesidades de los pequeños . Según Luis Martínez-Abarca Lorán, director de Área de Colegios CEU, «todos aquellos centros que empiezan con el respeto a la persona individual, pensante, trasformador y moral, y, en nuestro caso, trascendente, y que entienden la educación como un servicio a la sociedad son los que mejores proyectos educativos tienen».
¿Educación pública, privada o concertada?
Los centros públicos están gestionados por la Administración y cada Comunidad Autónoma decide sus propios criterios. Los centros concertados son colegios privados subvencionados en parte por la Administración. Es un modelo intermedio entre el público y el privado, donde las familias han de pagar parte de los costes, aunque su precio es muy inferior a los privados. En los centros privados son los padres los que financian totalmente los gastos de la escuela y estos centros están autorizados a impartir una enseñanza propia. Decidir entre uno u otro puede ser muy difícil o muy fácil, dependiendo del presupuesto del que dispongamos. «Estoy convencido de que las familias son las responsables y primeros educadores de sus hijos y de que el Estado tiene la obligación de facilitar a las familias alternativas y recursos para que puedan elegir aquellos proyectos que sean coherentes con su propia identidad, ya sea en colegios públicos, concertados o privados», opina el director de Área de Colegios CEU.
Bilingüismo, ¿sí o no?
Los colegios españoles y cada vez más la educación pública, ofertan el bilingüismo en sus proyectos educativos (impartir ciertas asignaturas directamente en inglés, para incrementar las horas semanales en las que trabajan el idioma). De todos es sabido que España es uno de los países con peor nivel de inglés de Europa, por lo que está claro que el bilingüismo merece la pena, pero ¿es positivo en todos los aspectos? Según Luis Martínez-Abarca «no se trata sólo de la implantación del bilingüismo a edades tempranas, además debe contar con un plan de experiencias internacionales. Conocer, interactuar y trasformar».
Hechos, no promesas
En definitiva, algo tan importante como es la elección de colegio no se puede quedar en el relato o en las impresiones, necesitamos evidencias, que no son sólo resultados. Un colegio vivo. Desde el punto de vista del director de Área de Colegios CEU, «tener la oportunidad de conocer al claustro de profesores, de escucharlos y de hablar de una manera informal (más allá de la presentaciones) con algunos de ellos, nos permite tener una idea más real de lo que sucede en las aulas. Son ellos, en última instancia, los responsables del proyecto». Además añade: «de la misma manera, conocer a los alumnos mayores y cómo el proyecto se ha hecho realidad en ellos nos ofrece evidencias más allá del voluntarismo de las presentaciones formales».