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La EVAU ya está aquí. ¿Cómo ayudar a tu hijo para que sea todo un éxito?

¿Tu hijo se examina de la EVAU? No te pierdas los siguientes consejos para ayudarle

Dónde se podrán mirar las notas de la Selectividad 2021

Cuánto dura la nota de Selectividad

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Mucho han cambiado las cosas en los últimos años académicos. Pero si algo persiste sin duda (aunque haya cambiado de denominación) es la tan conocida -y a la vez temida- Selectividad. Segundo de Bachillerato se convierte desde el primer día de curso en una dura carrera , que pone su meta en las pruebas de acceso a la universidad. Es por ello que lo nervios afloran y si alguien juega un papel importante en estos días somos los padres.

«Debemos acompañar a los hijos sobre todo emocionalmente , porque el desgaste psíquico de todo el curso pesa: comprender su nerviosismo ante la presión que supone esta prueba;  repetirles que estamos a su lado siempre, pase lo que pase; reforzar su seguridad transmitiéndoles mensajes optimistas que demuestren nuestra confianza en su trabajo y en su esfuerzo», opina  Antonio Milán Fitera, director de los Grados de Educación de la Universidad CEU San Pablo

Claro está que crear un entorno de serenidad en la familia no es tarea fácil, sin embargo « debemos intentar no transmitir los propios nervios ; que no noten nuestra angustia ni nuestro miedo ante lo que pueda ocurrir; que entiendan que pase lo que pase todo se puede solucionar; evitar, durante sus momentos de descanso, los interrogatorios sobre temas relacionados con los exámenes y favorecer la conversación, sin embargo, sobre otros temas que les descansen mentalmente; evitar discusiones familiares especialmente en los días previos y durante la semana de las pruebas», aconseja el director de los Grados de Educación de la Universidad CEU San Pablo.

Para conseguir buenas notas en estos exámenes, que duran entre dos y cuatro días, no solo es necesario haber estudiado lo suficiente, también hay que saber rendir al máximo y estar bien preparado psicológicamente para afrontarlos. Según Antonio Milán Fitera, es fantástico que los padres podamos «enseñarles algún truco para relajarse si se quedan en blanco, dormir bien la noche anterior y si es posible hacer un rato de ejercicio físico el día antes del comienzo de la prueba». 

Pero ¿cómo podemos ayudarles a que en el momento de los exámenes tengan la templanza necesaria? Según el experto «es bueno dedicar tres minutos al inicio de cada examen para temporalizar las preguntas y respetar esos límites a rajatabla para no quedarse sin tiempo; empezar por las preguntas cortas y que mejor se sepan; no dejar ninguna pregunta en blanco (y por tanto evitar las quinielas a la hora de seleccionar el temario); dejarse 3 minutos al final de cada examen para repasar la redacción y la ortografía…».

El descanso, una necesidad

El sueño y el descanso juegan un papel preciado en el éxito de la prueba. Según Antonio Milán Fitera, director de los Grados de Educación de la Universidad CEU San Pablo, « si durante el estudio aparece el sueño, lo mejor es alternar descansos breves con horas de trabajo intenso. Y si se notan más pesados y somnolientos, ayuda mucho a despejarse en ese momento hacer media hora de ejercicio físico (salir a correr, por ejemplo, escuchando algo de música para evitar pensar en la prueba durante ese rato). Tomarse un café o cualquier otra bebida con cafeína debe ser algo muy excepcional y nunca antes de dormir para estudiar por la noche, porque hará que se duerman demasiado tarde. Y evitar en cualquier caso las bebidas energéticas (Monster y sucedáneos) que están desgraciadamente tan de moda entre los jóvenes, pero porque no son del todo conscientes del impacto negativo que suponen para el aprendizaje y la memoria».

Adiós a los «malos rollos»

Es muy normal que al finalizar los éxamenes, nuestros hijos tengan sensaciones raras, una mezcla entre el miedo al fracaso o a no alcanzar la nota deseada y la incertidumbre por la espera para la publicación de las notas. Desde nuestro papel como padres debemos apoyarles a que esos ‘fantasmas’ desaparezcan. «Si se terminan los exámenes del primer día con malas sensaciones y quedan todavía otros dos días de prueba, lo mejor es pedirles que hagan un pacto consigo mismos: no permitirse pensar en ese examen que ha salido mal hasta que termine el último . Todo el tiempo que dediquen a dar vueltas a lo que se podía haber hecho mejor no hará que cambie nada del examen que ya se ha entregado. Sin embargo se pueden centrar todas esas energías en repasar el siguiente examen, enfocándose en el momento presente, en lo que puedo hacer hoy y ahora», argumenta nuestro experto.

Pero si ha terminado toda la prueba y continúan esas malas sensaciones lo mejor es hacerse la siguiente pregunta: ¿qué es lo peor que me puede ocurrir? «La respuesta es obvia: ‘suspender’. Y si eso ocurre no se cae el mundo ni deja de tener sentido la vida. Primero: hasta que no salgan los resultados, no nos enfrentemos a ese escenario. Y segundo: si finalmente llega el suspenso es el momento de pensar que existe una segunda oportunidad y que en ningún currículum aparece que se aprobó la EVAU en septiembre », opina el Director de los Grados de Educación de la Universidad CEU San Pablo. «Eso supone crecer en tolerancia a la frustración. Y ayuda mucho para el propio desarrollo de la personalidad, porque te hace entender que se aprende mucho más de los fracasos que de los éxitos. Conozco unos cuantos universitarios brillantes que no aprobaron la EVAU a la primera», concluye. Escuchemos a la voz de la experiencia.

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