El embarazo semana a semana: así es tu bebé en la semana 36
No te alarmes si en algún momento notas que tu tripa a veces se pone muy dura, son las contracciones de Braxton Hicks
Estás en la recta final. ¡Ya quedan tan solo cuatro semanas para ver a tu bebé ! El hecho de que quede tan poco no debe generarte ansiedad y debes disfrutar de esta última etapa .
Durante esta semana, percibirás que tu bebé se mueve menos en tu interior por la falta de espacio, por lo que no debes preocuparte. Tú ganas kilos y él también está adquiriendo grasa y su cuerpo está mucho más redondeado. Es muy recomendable que intentes descansar todo lo que sea posible. El parto se puede producirse en cualquier momento y debes tener fuerzas.
En la semana 36 de embarazo, el bebé pesa unos 2 kilos 800 gramos y mide 46 centímetros. Para que te hagas una idea, su tamaño es similar al de un melón. Si naciese ahora, sería considerado prematuro porque su peso todavía está por debajo de lo normal.
Como ha aumentado considerablemente su tamaño, cada vez tiene más dificultades para moverse y, además, la cantidad de líquido amniótico ha disminuido. Este líquido es el que ingiere para alimentarse y obtener los nutrientes necesarios para seguir ganando peso.
Es el momento en el que la mayoría de los bebés empiezan a coger la postura para el parto; es decir, se sitúan boca abajo. Es posible que todavía no se haya encajado en tu pelvis, pero aún hay tiempo. No te agobies. Sus órganos ya están totalmente formados y preparados para vivir en el exterior, aunque seguirán madurando en las semanas restantes de embarazo.
Cambios que experimenta tu cuerpo
En la semana 36 de embarazo es posible que hayas subido de peso, unos 12 o 13 kilos, o incluso alguno más. Es normal que cada vez te cueste más trabajo respirar debido a que el útero ha incrementado hasta 1.000 veces su tamaño original y, al estar debajo de las costillas, comprime de forma considerable los demás órganos.
También es habitual que puedas sentir: Tirantez en los costados y en la zona del pubis, presión en el abdomen, fatiga, problemas para dormir y contracciones frecuentes.
No te alarmes si en algún momento notas que tu tripa a veces se pone muy dura, sobre todo cuando hagas esfuerzos, como subir escaleras o llevar peso. Son las contracciones de Braxton Hicks, que a muchas embarazadas les puede crear confusión.
Recuerda siempre que las contracciones del parto son más rítmicas, continuadas y dolorosas. En este caso, el ginecólogo te hará una exploración cervical para ver el cuello del útero. Si está acortado, blando o abierto, es señal de que se está adelantando el parto . En las mujeres que ya han dado a luz, estas señales pueden no llegar a producirse.
¿Qué pruebas debo hacerme?
Desde el Servicio de Ginecología Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela explican que el ginecólogo te hará un examen físico para determinar tu estado. Como en cada control, se te pesará y medirá la presión arterial. Se te pedirá una muestra de orina para observar si hay signos de preeclampsia o infecciones urinarias.
El médico o la matrona te harán un cultivo vaginal para descartar la presencia de gérmienes que puedan afectar al bebe en el parto (Streptococo grupo B) y te controlará el ritmo cardiaco del bebé y revisará tu abdomen para calcular su tamaño. También medirá la distancia entre el hueso púbico y la parte superior del útero , y la comparará con la edad de desarrollo del bebé y con las medidas de la consulta anterior, para asegurarse de que el índice de crecimiento del bebé sea normal.
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