Yoga para niños: cómo empezar a practicarlo hoy mismo con estos sencillos consejos
Lucía Liencres explica a ABC Familia qué es yoga infantil y qué se necesita para practicarlo. También ofrece
4 rutinas de yoga con niños para disfrutar de todos sus beneficios
Ese tiempo de calidad se lo dedicas a tus hijos, pero también a ti; es una nueva forma de conectar con ellos y de aprender, creando un ambiente de conexión y seguridad donde puedan expresar su mundo interior. Aprender jugando y creando vínculos familiares lo hace una actividad muy motivadora y tremendamente positiva los niños.
Para los niños, el juego es el mejor instrumento . «Y el yoga tiene infinidad de recursos para poder adaptar determinados juegos a la práctica. Pero, para disfrutar al máximo como padres haciendo yoga con niños», apunta Lucía Liencres, mamá de dos niños y fundadora de THECLASSyoga.com , «es preciso sacar al niño que todos llevamos dentro. Se pueden hacer posturas de animales, cantar canciones o mantras, hacer ejercicios de meditación o de relajación, por ejemplo». Según Liencres, «el mejor consejo es que tengan ganas de pasarlo bien con sus hijos y practicar yoga sin ninguna expectativa más que la de disfrutar. Es una forma ideal de conectar con otras familias y compartir experiencias y dudas».
Practicar yoga con niños, continua esta experta, «es una forma perfecta de aprendizaje y de interactuar con ellos fomentándoles valores como el amor, la amabilidad y el respeto; es la actividad perfecta para fomentar la unión familiar». Y, añade, «es una herramienta que puede ayudar tanto dentro como fuera de casa, y crear momentos de diversión y tranquilidad con tus hijos. Igualmente, ofrece la posibilidad de conocer a otras familias con las que relacionarse y compartir otras formas de aprendizaje aportándoos nuevas ideas entre todos».
Beneficios de practicar yoga con niños
El yoga siempre ha buscado la unión entre cuerpo, mente y corazón (espíritu), a través de las posturas o asanas, la respiración y la relajación, por lo que ayuda a los niños más nerviosos a canalizar su energía y relajarse. Del mismo modo que ayuda a los más pequeños a expresarse, a conocer su cuerpo y a gestionar sus emociones.
Entre los beneficios más interesantes del yoga para niños destacan:
-Ayuda a ganar flexibilidad y a corregir la postura corporal.
-Controla la respiración.
-Trabaja la paciencia y la responsabilidad.
-Ayuda a canalizar la energía.
-Disminuye los niveles de estrés o ansiedad.
-Ofrece técnicas de relajación muy útiles.
-Aumenta los niveles de atención y concentración.
-Favorece la autoconfianza y la autoestima.
-Ayuda a relacionarse con los demás, a ser más sociables.
¿Por qué es importante que el yoga con niños llegue a más gente?
«Somos muchos los adultos que estamos envueltos en nuestras rutinas de trabajo, ocupados siempre, teniéndonos que hacer cargo de las tareas de casa y de llevar a los niños al colegio y a las clases extraescolares que tendemos a pasar por alto y olvidar que a los niños también les podemos transmitir ese estrés. Por eso mismo, debemos tomar cada vez más consciencia de nuestra propia ansiedad, observarnos y saber parar, y así poder transmitirles esa tranquilidad y esa seguridad a los niños», sugiere Liencres. En las clases de yoga en familia, asegura esta profesora, se crean estos espacios de desconexión y observación en los que puedes preguntarte: «¿Cómo te sientes en este momento?, ¿cómo están las cosas en casa? ¿cómo te estás relacionando con tu hijo o hijos? ¿qué es lo que necesitas, y qué necesita tu hijo? ¿te estás permitiendo escucharte? ¿estás escuchando a tu hijo?».
Cómo es una claes de yoga con niños
No obstante, una clase de yoga con niños «es muy distinta a la práctica de un adulto. Más que hacer las posturas perfectamente, lo que se busca es que puedan conectar con su cuerpo, relajarse y divertirse, creando con todo ello hábitos saludables para su crecimiento», reconoce.
El foco, asegura, «está puesto en el niño y en que los padres seamos los que le acompañemos en el aprendizaje, sin hacer correcciones sobre las posturas ni hacer que la mantengan durante mucho tiempo (lo recomendable son 4 respiraciones). Los niños aprenden imitando lo que hace su profesor; en este caso, sus padres» .
Según sus edades, estas son las sugerencias de Liencres: «Para los niños más pequeños (de 2 a 5 años), a los que les cuesta más escuchar y hacerla postura al mismo tiempo, es mejor contarles una historia atractiva y que hagan la postura después. Con niños más mayores, a partir de 6 u 8 años, sí es importante ir comentando los beneficios que cada postura produce en su mente y en su cuerpo, así como hacer calentamientos (un saludo al sol, por ejemplo)». Además, añade, «al terminar la práctica, es muy positivo que te cuenten su experiencia y cómo se sienten».
Qué material necesitas y qué tipo de yoga
Para practicar yoga en familia o con niños, recomienda esta experta, «necesitas materiales que puedan tocar, oler, sentir y oír; instrumentos que activen sus sentidos. También se suelen usar cuentos y tarjetas de yoga con las posturas para que puedan hacerlas mejor los más pequeños, así como una esterilla o colchoneta para trabajar dichas posturas».
Para los minutos de meditación, continua, «se utilizan instrumentos que producen sonidos relajantes, como los platillos o los cuencos tibetanos de diferentes tamaños, palo de lluvia, pulseras de cascabeles, maracas de madera…».
En cuanto al tipo de yoga que practicar, para Liencres, «el más recomendable es hatha yoga, por ser un estilo estático y más “sencillo” al principio. Las posturas se mantienen un tiempo determinado. Dependiendo de cada niño y de su edad, se puede probar también con vinyasa yoga (un estilo más fluido que acompasa cada movimiento con cada respiración) o acro yoga (construir posturas entre dos o más personas; perfecto para hacer en familia)».
Posturas de yoga con niños
Los niños suelen tener más flexibilidad que los adultos, por lo que habrá muchas posturas que les cuesten menos que a nosotros. Algunas de las posturas de yoga que se pueden hacer con niños son:
Tadasana o postura de la montaña
Es una de las posturas básicas de yoga. Se hace de pie y sirve para estirar toda la columna, como si te tirasen de la coronilla, hacia arriba. Separar los pies un poco e, inhalando, llevar las manos al pecho. Respirar profundamente y elevar las manos hacia el cielo.
El mantra que se puede repetir en esta postura es "soy capaz de escalar montañas" o "soy una gran montaña". Para salir de ella, bajar los brazos. Esta postura ayuda a mejorar el equilibrio y a ser consciente del peso del cuerpo.
Vkrasana o postura del árbol
Desde tadasana, juntar las piernas y colocar los brazos pegados al cuerpo. Con una mano, coger el pie y llevarlo a la ingle contraria. Si no se llega, apoyarlo más abajo, pero nunca en la rodilla; para evitar lesiones.
Si podéis manteneros con el pie en la ingle, subir los brazos como si fueseis un árbol muy alto, juntando las manos y apuntando al cielo. Hacer varias respiraciones y repetir con la otra pierna. Esta asana viene muy bien para relajarse y mejorar la concentración.
Adho musa svanasana o postura del perro boca abajo
Representa la postura que hacen los perros al estirarse; de ahí su nombre. Sirve para estirar la espalda y coger fuerza en los brazos y las piernas.
Si nunca antes habéis practicado yoga, podéis empezar con la postura del gato-vaca, apoyando las manos y los pies en el suelo y, desde ahí, subir las caderas hacia arriba, con los brazos estirados. Si os resulta difícil apoyar los talones en el suelo, flexionad un poco las rodillas.
Bhujangasana o postura de la cobra
Se hace tumbado hacia abajo. Colocar las manos a la altura de los hombros. Desde ahí, hacer fuerza con los brazos e impulsarse hacia arriba lentamente, sin levantar las caderas del suelo. De esta forma, se arquea la espalda hacia atrás.
El mantra que se puede utilizar es «soy largo y me muevo silenciosamente»;, como las cobras. Con esta postura se estira la espalda y se coge fuerza en los brazos.
Postura de meditación o para relajarse
Las clases suelen terminar con una postura de relajación que disminuya las pulsaciones después de un tiempo de ejercicio y diversión.
Tumbados en el suelo hacia arriba, relajar el cuerpo desde la cabeza hasta los pies.
Prestar atención a la respiración, inhalando y exhalando. Si estáis en casa, puedes usar una toalla templada para ponérsela a tu hijo en la frente o bien ponerle canciones relajantes.
Rutinas de yoga para niños
Rutina con cuentos: Una buena rutina de yoga para hacer con tus hijos es inventar una historia desde cero. Esto crea un hilo conductor a lo largo de la práctica, que guíe los movimientos y la respiración. Se puede escoger el cuento que más les guste o un cuento específico sobre las partes del cuerpo que se quieran trabajar
Haciendo este ejercicio, por ejemplo, todas las mañanas, les ayudará a ser conscientes de su cuerpo y sus emociones, identificando en qué parte del cuerpo las sienten.
Rutina con el saludo al sol (menores de 6 años): El saludo al sol, como ejercicio aislado, puede ser una rutina de yoga en sí misma. Es más o menos corta, sencilla y muy completa, que todos los niños y adultos pueden hacer, sin importar la edad.
Se puede crear una canción en torno al saludo al sol, cantando cada paso: «Saludo al sol, saludo a la tierra (uttanasana), me agacho como rana que se mete al agua. Y viene una serpiente “Ssss” (bhujangasana), amiga de un perro (adho mukha svanasana) que se rasca la pulga, aunque yo no la veo. Y salta el conejo que es amigo de la rana, saludo a la tierra, le digo adiós al sol y voy a mi corazón».
Rutina de vinaysa corta (niños de 6 a 12 años): Los niños más mayores pueden hacer rutinas de yoga un poco más largas y fluidas, de tipo vinyasa, donde se acompasan los movimientos con la respiración.
Yoga con posturas de animales: Para los niños, imitar animales con posturas es una de las prácticas más divertidas dentro de una clase. Además, muchas de las asanas de yoga vienen de animales o representan la forma de estas.
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