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La Reina Letizia se despide de Suecia con un guiño a la moda sevillana y una anécdota
Antes de poner rumbo a España Sus Majestades ofrecieron una recepción a los monarcas suecos en el palacete de la embajada española en Estocolmo, donde el look de la Reina volvió a acaparar el protagonismo
Tras asistir a la Biblioteca Bernadotte del Palacio Real junto a la reina Silvia, Sus Majestades ofrecieron una recepción a los monarcas suecos en el palacete de la embajada española en Estocolmo con la que pusieron el broche de oro a un Viaje de Estado muy intenso , que además ha puesto de manifiesto que su agenda vuelve a estar boyante, casi como antes de la pandemia.
Como era de esperar, el look de Doña Letizia era muy esperado ya que sería el último de su maleta, y en vistas a cómo han estado cuidadosamente planificados todos sus conjuntos, cabía la duda de si en esta ocasión haría otro guiño a la moda sueca o si por el contrario abogaría por el ‘made in Spain’ como en las horas previas, cuando se dejó ver con un vestido de Pedro del Hierro realizado en exclusiva.
Finalmente optó por lo segundo y lo hizo repitiendo una firma que ya había lucido en la Ceremonia de Bienvenida, Cherubina . El sello sevillano realizó su tocado con forma de turbante y ha vuelto a ser el elegido para culminar su visita. Un diseño verde agua muy elegante que probablemente servirá de inspiración a más de una de cara a los eventos navideños, gracias a su favorecedor patrón.
La prenda, de corte midi y confeccionada en crepé, poseía silueta wrap, una de las favoritas de Su Majestad - que además hacía varias semanas que no lucía- y un escote pronunciado en uve que se cruzaba en el pecho hasta la cintura. Las hombreras por su parte estaban ligeramente marcadas y contribuían a equilibrar aún más la figura y que se viese más estilizada aún si cabe.
Igual que hiciera el primer día, apostó por añadir accesorios de piel de serpiente, en este caso una cartera de la diseñadora Lidia Faro que conjuntó con unos stilettos negros acharolados. Cerró el outfit con el anillo de Karen Hallam y unos pendientes de oro blanco con forma de lágrima y 432 diamantes negros engastados de la marca deGRISGONO.
Una anécdota marcó el encuentro, y es que a Doña Letizia se le cayó al suelo el clutch en cuanto llegó, dejando al descubierto su contenido, aunque fue bastante rápida a la hora de recogerlo. Como cualquier mujer llevaba el móvil y una barra de labios para retocarse. Un ‘incidente’ que no ha hecho más que humanizar su figura y que ha sido muy comentado.
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