Tamara Falcó: la digna sucesora

Me encanta leer los halagos al vestido de Johanna Ortiz , que lució este fin de semana Tamara Falcó en la boda de su amiga Tita Astolfi . Ella encabeza una corta lista de jóvenes herederas del papel cuché que siguen apostando por la elegancia –algunos lo llaman pijería– frente a la chabacanería, que está más preocupada por cuidar su estilosa melena que por inyectarse botox o ponerse prótesis mamarias. Que prefiere el bañador al trikini, que se preocupa por aprender y cultivarse y no pierde el tiempo yendo de discotecas en busca de un beso robado que le permita seguir en el candelero y ocupar minutos de televisión. Tamara tiene un equipo de lujo detrás que cuidan su imagen y que hacen que la futura marquesa de Griñón cotice al alza para las marcas más importantes. Cada vez tengo más claro que es una cuestión de educación y de las vivencias que tengamos en nuestra socialización primaria.

Tamara es una chica acostumbrada a viajar, a tener chófer, servicio, piscina, codearse con gente cool . Igualito que las pseudofamosillas que, aunque sus padres se pasan el día en la tele no han sido criadas así y eso se nota. Siempre habíamos pensado que su hermana Chabeli sería la sucesora de su madre, pero el exilio americano la excluyó de las quinielas. Tampoco su otra hermana, Ana Boyer , más tímida y cauta. Tamara se las ha «merendado» a todas. Está a punto de irse de vacaciones unos días a la Buchinguer con su madre y Mario . A la vuelta participará en el programa de desafío que prepara la productora de Pablo Motos . Está siendo una conquista lenta pero segura. Igual que el título de sucesora de su madre, sabe que es una carrera de fondo, aunque ya le haya quitado el anuncio de Porcelanosa y sepa cocinar más que ella .