Sonrisas que valen más que mil palabras
«La sonrisa es el idioma general de los hombres inteligentes», decía el dramaturgo Víctor Ruiz Iriarte. Dos expertos en imagen analizan los gestos de los principales candidatos a ocupar La Moncloa
¿Es importante el aspecto físico para captar votos? « Sea innato o conseguido con retoques, la respuesta es sí» , asegura el cirujano plástico Pedro Arquero, expresidente de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (Aecep). «Está demostrado científicamente que las personas bien parecidas inspiran más confianza y credibilidad . Pero, también, se les exige más: si fallan, yerran, engañan o no obtienen resultados, tendrán mayor castigo por parte de la sociedad que los menos agraciados», asegura este doctor.
En esa línea se postula el libro «La supervivencia de los más guapos», de la famosa psicóloga estadounidense Nancy Etcoff. La profesional de la Harvard Medical School escribe que «aunque la mayoría de las personas diría que no cree que lo bello es lo bueno, resulta sumamente fácil demostrar que se da tratamiento de preferencia a los guapos , se les trata mejor y se las ve más positivamente». Etcoff ha estudiado las expresiones faciales en diferentes sociedades y ha concluido que no hay ninguna cultura que diga, por ejemplo, que la piel con muchas imperfecciones sea especialmente atractiva o que el cabello débil y endeble sea cautivador. «Existen señales universales de salud y todos respondemos igual a esas señales», asegura.
La pregunta es ¿cuál es la clave de la belleza? Para el doctor Arquero, es una cuestión de proporción. «La cara se divide en tres partes: la superior es el raciocinio, el intelecto y una persona con la frente muy grande es alguien muy racional (los 4 candidatos de los principales partidos la tienen)», señala el médico. «La parte media es la emocional, la relación con los demás, por lo que si se tiene esa parte muy desarrollada -nariz prominente, pómulos muy marcados- será más sensible a las emociones, y se dejará llevar antes por ellas que por la razón ( Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes la tenían antes de pasar por quirófano); y la zona inferior es la del instinto, la energía, y a una persona con mucha mandíbula (el caso de Artur Mas y Mariano Rajoy), sin que la gente lo perciba, se le respeta más, lo mismo que otra con una boca cuidada (Albert Rivera y Pedro Sánchez) transmite franqueza».
Pero, ¿cuál sería el rostro del político ideal? El de Pablo Casado (PP) -indica Arquero- ya que todo es proporcionado . «Es racional (lo dice su frente bien desarrollada), tiene una sonrisa bonita (y franca) y su rostro transmite equilibrio entre la parte racional y la emocional».
En el caso de las féminas, para este médico, Inés Arrimadas y Soraya Sáenz de Santamaría cumplen los requisitos (la vicepresidenta del Gobierno tuvo el acierto de colocarse, al principio de su carrera, una carilla de porcelana en un diente roto por un accidente durante su infancia), aunque cree que esta última, para unos futuros comicios, debería hacerse un «botox» en el entrecejo y las patas de gallo, y quizá ponerse ácido hialurónico en los surcos nasogenianos, para suavizar sus rasgos. «Obviamente, el físico no condiciona el voto, pero una cara que refleje equilibrio conectará más con el ciudadano y su mensaje será más creíble».
El poder de un simple gesto
«La belleza es poder, la sonrisa es su espada» . La mítica frase del naturalista inglés John Ray define la opinión de Conchita Curull, directora médica de Clínica dental Curull. Para esta doctora, la sonrisa es la pieza clave para transmitir potestad. «Pedro Sánchez puede presumir de boca casi perfecta: dientes blancos y bien alineados y un tamaño proporcionado respecto a boca y rostro . Al sonreír, no muestra encía y la línea incisal de los dientes superiores sigue la forma del labio inferior». Alberto Garzón también posee una buena sonrisa, «aunque debería blanquear un poco sus dientes». Y Albert Rivera tiene la boca pequeña y el labio un poco carnoso , «que transmite pureza y nos habla de un liderazgo más emocional en el futuro», añade Pedro Arquero. Curull cree que el buen estado de la boca de estos tres candidatos se debe a su juventud, «ya que la importancia a la salud dental es bastante reciente».
La mandíbula prominente con mordida cruzada de Mariano Rajoy delata su veteranía. De haber nacido unos años más tarde, se habría sometido a una ortodoncia en la infancia para solucionar ese crecimiento óseo, «aunque está a tiempo de corregirlo con carillas -asegura la especialista- , y de paso, blanqueaba y alineaba esos dientes gastados y oscuros debidos a su afición a los puros». Pero nuestro presidente prefiere esconderse tras una barba, «un recurso no especialmente deseable cuando hablamos de un político, porque las barbas ocultan…», puntualiza Pedro Arquero.
Quienes no parece que se ocuparon mucho de la dentadura de sus hijos son los padres de Pablo Iglesias y Andrés Herzog . El candidato de Podemos sufre una maloclusión severa (dientes mal alineados, apiñados y con mordida cruzada) y un color bastante oscuro, «que tiene una solución tan sencilla como unos “brackets” para enderezarlos y un blanqueamiento», aclara la especialista en estética dental. Y el aspirante a la presidencia por UPyD presenta unos dientes desgastados, ligeramente mal colocados y oscurecidos «que se podrían aclarar y reconstruir con un contorneado». Ya lo dijo el dramaturgo Víctor Ruiz Iriarte, «la sonrisa es el idioma general de los hombres inteligentes». Pues eso.
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