La semana grande de Albert Rivera, resurrección mediática del líder que cambió la política por los pañales
Tras huir de los focos, se vuelve omnipresente para presentar un libro en el que desnuda sus sentimientos hacia Malú y sus dos hijas
Rostro aniñado siempre tuvo, pero ahora en su estelar regreso al primer plano mediático parece incluso más joven que cuando le veíamos en el Congreso. Quizá sea esa camiseta de algodón con la que se presentó en «El Hormiguero» el pasado martes o el tono bromista con el que se sentó anoche con Bertín Osborne en Cútar (Málaga) su pueblo materno. No importa el canal o el programa porque esta semana Albert Rivera (40 años) ha logrado volverse omnipresente en todos.
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La última vez que protagonizó un acto público se remonta a marzo cuando anunció su fichaje por el despacho de abogados Martínez-Echevarría, que incorpora ahora el apellido Rivera a su denominación. Desde entonces trató de esquivar el foco sobre todo el de la prensa social. Su noviazgo y posterior paternidad con Malú el pasado junio le regalaron más titulares de lo que a él le hubiera gustado. O eso al menos dice. Ha denunciado el colmillo afilado de los paparazi que le impidieron llevar a su hija de un mes al hospital y pedido que por favor se cambie la ley para no sufrir acoso por ser un personaje público.
Las mujeres de su vida
El pasado martes volvía a encontrarse con las cámaras de una manera más amistosa. Presentaba por fin su libro «Un ciudadano libre» (Espasa, 2019) en el Auditorio Gabriela Mistral de Casa de América, Madrid. Al margen del tema político, el exlíder de Ciudadanos desnuda sus sentimientos y dedica algunas páginas a las mujeres de su vida. En el primer capítulo, El Adiós, relata que minutos antes de presentar su dimisión por su cabeza rondaba la imagen de su madre María Jesús Díaz ; «las amenazas separatistas» que sufrió y «las numerosas semanas sin verle el pelo».
Da detalles inéditos de la relación con su hija Daniela , fruto de su relación durante una década con Marian Soperas . «A menudo, Daniela se quejaba por mi falta de tiempo, relacionándola con mi trabajo en la política. Cuando le conté que había decidido dejarlo, sonrió y dijo «¿ah sí? ¿Entonces ahora podemos estar más tiempo juntos?».
Recuerda con dolor la muerte de dos de sus tíos paternos, Alberto , de sida, y Miguel , el menor de los hermanos de su padre, que se suicidó tras largos años de adicción a las drogas. Por supuesto también hay palabras para su pareja que siguió su discurso de dimisión del 11 de noviembre desde casa. «Malú era la persona que mejor conocía lo que me venía rondando por la cabeza. El plan B, los discursos de dimisión que escribía en el móvil, el cansancio por tanta exposición pública. Todo esto lo compartimos durante las semanas anteriores a mi renuncia».
Hernia discal
Mucho más en la sombra que él, Malú se veía obligada esta semana a desvelar algunos detalles de su estado de salud tras conocerse que había ingresado en hospital HM Puerta del Sur en Móstoles (Madrid), el mismo centro donde dio a luz. «Mi gente, estoy bien, afortunadamente no me han tenido que intervenir, tuve un dolor fuerte hace 48 horas que ha resultado ser una hernia discal. Los médicos han pautado reposo y medicación para los próximos días».
La cantante, al igual que su pareja, también estrena nueva faceta profesional. Se incorporará al nuevo formato «Mask Singer: adivina quién canta» de Antena 3. Está claro que juntos han creado un tándem perfecto que a nivel de imagen resulta más rentable que por separado.