Lo que Rocío Carrasco siempre quiso callarse para proteger a su hija sale a la luz
Se publica la sentencia del Juzgado de Menores número 4 de Madrid, con fecha de 4 de marzo de 2013, sobre la disputa entre madre e hija que llegó a las manos aquel fatídico viernes 27 de julio de 2012
Horas antes de que comience «Supervivientes», programa de Telecinco en el que participa Rocío Flores, Vanitatis publica la sentencia judicial sobre el suceso que enfrentó a Rocío Carrasco y Rocío Flores aquel viernes 27 de julio del año 2012 en la urbanización Valdelagua, en Madrid, y que desencadenó el distanciamiento entre madre e hija.
Unos hechos que la hija de Rocío Jurado siempre quiso que no saliesen a la luz para proteger a su hija. Según fuentes al círculo de Rocío Carrasco, dicen que siempre prefirió guardar silencio aunque lleve años quedando como la mala de la película por las versiones dadas por la otra parte. Se lleva años especulando con la discusión que tuvieron y que llevó a Rocío Flores a irse a vivir con su padre.
Aquel día, madre e hija –tan solo tenía 15 años– se levantaron pronto mientras que Fidel Albiac y Antonio Flores, el otro hijo de Rocío Carrasco, aún dormían. Estando en la cocina, según cuenta el citado medio que se narró en sede judicial y quedó plasmado en la sentencia del Juzgado de Menores número 4 de Madrid con fecha de 4 de marzo de 2013, se pelearon por una nectarina .
«Encontrándose la menor en el domicilio familiar junto a su madre, la pareja de esta y su hermano, inició una disputa con aquella en el transcurso de la cual le propinó varios golpes, llegando incluso a tirarla al suelo, para posteriormente seguir golpeándola, dándole varias patadas», según recoge el epígrafe correspondiente a los hechos probados de la sentencia citada.
Como consecuencia de los hechos ocurridos aquel 27 de julio de 2012, Rocío Carrasco sufrió « policontusiones con equimosis en la región frontal derecha, con edema en ambas muñecas, en muslo derecho, en el antepié derecho y un hematoma en el segundo dedo del pie derecho, para cuya curación únicamente precisó de una primera asistencia facultativa y de las que tardó en sanar ocho días, uno de los cuales estuvo impedida para el ejercicio de sus ocupaciones habituales», recoge el documento judicial al que ha tenido acceso Vanitatis.
Tras los hechos, Rocío Flores declaró contra su madre en la Guardia Civil, acusándola de supuestos malos tratos. Se abrió una causa penal en la que finalmente Rocío Carrasco no salió inculpada y derivó en otra causa en la que el juez condenó a Rocío Flores por « maltrato habitual, amenazas e injurias » contra su madre.
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