La Reina Isabel II se recluirá en Windsor ante la expansión del coronavirus

La Reina Isabel II , a sus 93 años, parece tener una salud de hierro, pero la crisis provocada por el coronavirus ha llevado a la monarca a auto aislarse en el Castillo de Windsor. Si bien el pasado fin de semana el diario británico «The Sun» afirmaba que la Reina había sido evacuada a esta residencia por su permanente contacto con personas del exterior en el Palacio de Buckingham, parece que solo se trataba de uno de sus viajes habituales de fin de semana.

Ahora, la Casa Real británica ha anunciado de manera oficial que la madre de Carlos de Inglaterra se trasladará este jueves a la residencia real de Berkshire, una semana antes de lo previsto para las fiestas de Pascua. El objetivo, señalan, es seguir las recomendaciones gubernamentales en relación a la expansión del Covid-19. En este sentido, el primer ministro Boris Johnson ha pedido a todas las personas en el Reino Unido, en particular a los mayores de 70 años, que eviten todo contacto no esencial y viajes.

Isabel II se instalará en su residencia favorita rodeada por un número reducido de personas y seguirá en todo momento las indicaciones de los expertos, señala una fuente cercana al «Daily Mail». Por su avanzada edad , el riesgo de agravamiento de los síntomas provocados por el coronavirus es mayor, por lo que esta medida, consideran, es necesaria. Es previsible, además, que su estancia temporal en Windsor se prolongue más allá de la Semana Santa.

Las audiencias programadas esta semana con la Reina en Palacio se desarrollarán según lo previsto, incluyendo una recepción con el primer ministro y el Obispo de Hereford . Eso sí, la programación de futuras audiencias será revisada por el personal al cargo y se cancela el próximo servicio religioso programado en la Capilla de San Jorge.

Además de su prematuro traslado, en las últimas apariciones de los miembros de la Familia Real británica, ya se habían comenzado a tomar precauciones para evitar un posible contagio, como por ejemplo, evitar estrechar las manos y, en el caso de la Reina, condecorar con guantes .