Rebelo de Sousa, un presidente pop sin primera dama

«No hay ninguna obligación institucional de tener una primera dama». Las palabras de Marcelo Rebelo de Sousa no dejan lugar a dudas. Fueron pronunciadas durante la campaña de las pasadas elecciones presidenciales , en previsión de que se cumplieran todos los pronósticos y llegase, como acaba de suceder, al Palacio de Belém.

Ni un solo reproche ha recibido en todas estas semanas, y eso que se convierte en el primer presidente de la República de Portugal que llega a la cúspide política sin la presencia oficial a su lado de una esposa . El anteriormente conocido como «profesor Marcelo» (apelativo de su etapa universitaria cargado de respeto y cariño) estuvo casado durante ocho años (de 1972 a 1980) con Ana Cristina Motta .

Desde entonces, comparte su vida con Rita Amaral Cabral , una antigua alumna que ocupa su corazón desde hace más de tres décadas. Pero sin nupcias… y ni siquiera viven juntos . Al socialdemócrata Rebelo de Sousa no se le puede calificar, por tanto, como un conservador al uso a sus 67 años. Su actitud resulta pionera, mucho más si tenemos en cuenta que preserva su intimidad de forma celosa, pero combinándola con otros gestos que demuestran su talante de apertura.

La propia Rita Amaral ha declarado en alguna ocasión que no desea catapultarse al primer plano público y prefiere mantenerse al margen. En realidad, su relación no se fraguó en las aulas de la Facultad de Derecho, sino en el despacho del profesor Marcelo . Ella había ido a protestar porque estaba en desacuerdo con una nota y él la escuchó, pero no cambió su parecer.

Hoy, tal vez basándose en la independencia que mantienen cada uno en su domicilio , exhiben la misma ilusión como pareja que en aquel entonces . Además, sus residencias se hallan a escasa distancia la una de la otra, pues él habita en la calle Conde Ferreira de Cascais y ella cuida de su padre (90 años) en su morada familiar de Estoril.

La defensa de inexistencia de una primera dama constituye sólo una de las singularidades de Rebelo de Sousa , que hizo gala el pasado 9 de marzo de su prestancia y de un estilo informal durante la ceremonia de su toma de posesión, a la que asistió el Rey Felipe. Se trata de un presidente «pop», en el doble sentido del término. Por un lado, disfruta de una enorme popularidad, especialmente porque se distinguió varios años como comentarista estrella de la cadena privada de televisión TVI y de la pública RTP . Por otro, le encanta la música moderna portuguesa. Es un fan acérrimo de la banda The Gift, liderada por Nuno Gonçalves y cuyo próximo disco ha sido supervisado por el mismísimo Brian Eno.

Tanto es así que convocó a varios cantantes para clausurar los actos de su puesta de largo presidencial. La fadista Mariza (una de las favoritas de Íker Casillas y Sara Carbonero ) entonó el himno nacional. Los cantautores José Cid y Diogo Piçarra se sumaron a la contribución del ídolo local Pedro Abrunhosa y del rapero angolano Anselmo Ralph.