Peter Nygard, el «playboy» era en realidad un traficante sexual
EE.UU. pide la extradición del multimillonario canadiense, acusado de abusar de menores al amparo de su compañía de moda
![Peter Nygard](https://s3.abcstatics.com/media/estilo/2020/12/17/peter-nygard-kG4B--1248x698@abc.jpg)
Melena imposible, dentadura blanquísima, piel siempre bronceada y cuerpo machacado de gimnasio. Peter Nygard, 79 años y magnate canadiense de la moda, era el «viejoven» definitivo. Hace dos años, llenó la ciudad de Winnipeg de carteles con su foto , en celebración de su medio siglo en la moda: sobresalían unos bíceps de culturista , aceitosos, y un pelo de cantante de «heavy» de los noventa. En 2014, aseguraba que había encontrado -gracias a cuatro científicos que había llevado a su propiedad en Bahamas- un tratamiento con células madre para rejuvenecer y para lograr «quizás, la inmortalidad».
Fuera de los laboratorios, siempre dijo que las mujeres eran su «fuente de la juventud». Tenía fama de «playboy» incorregible, rodeado siempre de chicas guapas, muy jóvenes , casado varias veces y semental de una prole de diez hijos provenientes de ocho madres. Era habitual verle emparejado con famosas, como Anna Nicole Smith , modelo conocida por su matrimonio con un multimillonario de 89 años y que murió al año siguiente de la boda.
Ahora a Nygard se le acusa de ser un criminal , no un conquistador. El enjambre de mujeres que le rodeaban era, en parte, una red de tráfico sexual , según le acaba de acusar la fiscalía de EE.UU., que también le incrimina por multitud de agresiones sexuales. Muchas de ellas, a chicas menores de edad, de entre 14 y 17 años . Muchas, de origen humilde.
Nygard hizo fortuna con una empresa de moda con presencia en todo el mundo ( cayó en bancarrota este año , con el inicio de sus problemas con la justicia). Según la fiscalía, la compañía le dio una «fachada de legitimidad» para llevar a cabo sus abusos. En la acusación participan 80 mujeres y se refiere a hechos sucedidos entre 1995 y este año . Los fiscales aseguran que Nygard y otros empleados de la compañía utilizaban las posibilidades de empleo como modelo y otros trabajos en la industria para «atraer víctimas a la órbita de Nygard» . Después, eran «agredidas sexualmente a la fuerza, drogadas u obligadas a tener contactos sexuales» con él.
Los abusos no eran puntuales . «Nygard mantenía el control sobre las víctimas con amenazas, promesas de dar o quitar trabajos de modelos y otras recompensas profesionales, dando o quitando apoyo económico y con otros métodos coercitivos, como vigilancia constante, restricciones de movimiento o aislamiento físico», explica el escrito de la acusación.
Muchas veces los abusos arrancaban en fiestas privadas, en sus residencias lujosas de EE.UU. o Canadá, o en su retiro de Bahamas , un complejo en la playa de estilo maya al que Nygard calificó como la «octava maravilla del mundo».
El origen de la investigación al multimillonario -la prensa canadiense cifró su fortuna en 750 millones - está de hecho en esa esquina paradisiaca del Caribe. Todo comenzó por una disputa con un vecino, Louis Bacon . No podían ser más distintos. Bacon es un multimillonario de las finanzas, tieso y formal. En su jardín se jugaba al croquet. En el del vecino Nygard se celebraban bacanales .
Se pelearon en los juzgados con fiereza. Por los límites de la propiedad, por la ampliación del aparcamiento, por el ruido de la música. Nygard acusó a Bacon de enriquecerse con información privilegiada, de ser un asesino y un miembro del Ku Klux Klan . Bacon, que debió ver de todo desde su lado de la valla, le acusó de violar a menores . Y ahí arrancaron las pesquisas de las autoridades, que hicieron redadas a comienzos de año en las oficinas de Nygard en Winnipeg , Nueva York y Los Ángeles y que han acabado con los cargos a los que ahora se enfrenta.
Nygard no tenía la misma pinta de «playboy» esta semana en los juzgados de Winnipeg, en su primera comparecencia ante el juez, con esposas y grilletes. Las autoridades de EE.UU. han pedido su extradición, y es muy posible que Canadá la conceda y que el multimillonario se enfrente a la justicia del vecino del Sur.
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