Madonna se rinde a la «saudade» y vuelve a Portugal
La diva norteamericana ya no reside en Lisboa, pero ha regresado unos días y se ha dejado ver en Estoril
Madonna tiene «saudades» de Lisboa y de sus alrededores con encanto. Es una palabra portuguesa sin traducción en ningún otro idioma (nostalgia se parece, pero no es exactamente lo mismo) y ella comprende perfectamente su significado después de haber vivido tres años en la capital del país vecino.
Primero residió en la zona donde se ubican las principales embajadas occidentales, después frente al Mirador de Santa Catarina y el pasado mes de enero se despidió de la ciudad con una (accidentada) serie de actuaciones en el Coliseo… Ahora ha regresado desde los Estados Unidos para recuperar esa sensación de tomar un vino de la Tierra ( le encanta el Oporto , pero también los caldos de Madeira o del Alentejo), de caer rendida ante el espíritu de Cesária Évora.
La cantante norteamericana , de 62 años, volvió hace solo unos días y se dejó ver en uno de sus restaurantes favoritos, el Wasabi Papi, en Carcavelos, que se halla junto a Estoril (a 25 kilómetros de Lisboa) y cuya especialidad es el sushi.
Con 35 años menos, el bailarín Ahlamalik Williams acompañaba a la diva, encantada con su novio, con quien sale desde hace poco más de un año. Se trata de un integrante de su séquito escénico que sucedió al modelo portugués Kevin Sampaio , ‘culpable’ de que la ‘reina del pop’ cumpliese su deseo de abandonar (temporalmente) la patria de Donald Trump y se instalara en la parte lusa de la península ibérica.
Pero los conciertos con los que inauguró 2020 evidenciaron que su salud se ha deteriorado y, de hecho, tuvo que cancelar varios. Salía de los camerinos con unas muletas, las mismas con las que se la vio en la exclusiva zona que pertenece al municipio de Cascais. Los problemas en su rodilla no hacen más que multiplicarse y ha de tomar medicamentos fuertes, aunque ella se resiste a quedarse postrada en un sillón y no renuncia a salir por la noche cuando puede, incluso en tiempos del coronavirus.
Es por esto mismo que la intérprete de éxitos como «Like a virgin» o «Ray of light» no ha tenido más remedio que marcharse de Lisboa, donde las cuestas empedradas no facilitan precisamente sus limitados movimientos. Tanto es así que la megaestrella sacó a sus hijos del Liceo Francés, ubicado frente al Centro Comercial de Amoreiras, y se los llevó a Estados Unidos. Eso sí, sin olvidar en ningún momento los placeres de su estancia lisboeta.
Un adolescente que solía jugar al fútbol con David Banda , el hijo de 15 años de Madonna, confirmó a ABC que el chaval y las dos pequeñas no acuden al Liceo desde «antes de la pandemia». Y es que se ausentaron del prestigioso colegio hace cuando arrancó el curso pasado.
Sin embargo, ella no ha querido dejar pasar la ocasión de reencontrarse con sus amigos de la cuna del fado. Por ejemplo, una pareja neoyorquina fascinada por la orilla del Océano Atlántico y que organizaba periódicamente las Lisbon Living Room Sessions, unas veladas privadas a las que no faltaba la mismísima Madonna para escuchar a músicos locales tan brillantes como Kimi Djabaté o Ricardo Toscano .
Mientras tanto, continúa obsesionada con los retoques estéticos y encontrar elixir de la eterna juventud, todo un contraste con su actual estado de salud, encarnado en esas muletas que parecen haberse convertido en sus compañeras inseparables.
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