El joyero de Angela Merkel

Hans-Peter Weyrich es quien surte a la canciller alemana de gargantillas y otras piezas

Merkel en 2013, con un collar con los colores de la bandera alemana AFP

ROSALÍA SÁNCHEZ

Angela Merkel (62 años) es una mujer emancipada de la moda, eso es un hecho, pero no significa que no tenga su puntito de coquetería o que no se sienta seductora y plena de feminidad, como demostró con el escote que lució en la inauguración del nuevo Teatro de la Ópera de Oslo. A su vestuario, eso sí, dedica el tiempo justo y necesario, ni un minuto más que le estaría robando a la gestión de las crisis globales. Y en su día a día ha establecido una especie de uniforme austero y funcional , sus ya famosas chaquetas de tres botones, del color apropiado para la agenda del día y habitualmente sobre pantalón negro y zapato plano, a las que añade un único complemento, un collar corto , que no llega a ser gargantilla y que encarga siempre al mismo joyero.

Hans-Peter Weyrich, en su taller ABC

Hans-Peter Weyrich es un diseñador que trabaja en su pequeño taller de Idar-Oberstein (región de Rheinland-Pfalz) con piedras preciosas y que experimenta con nuevos materiales. Otra política cristianodemócrata, también clienta suya, fue quien hizo la recomendación. A Merkel le llamó la atención un collar que llevaba la presidenta de Renania-Palatinado, Julia Klöckner, y no tuvo reparos en preguntarle dónde lo había comprado. Eso sucedió en 2005 y desde entonces es una asidua a la firma.

Según ha declarado el joyero a la revista «Focus», la canciller no se presenta en la tienda ni se sirve de la venta online que ofrece su firma, sino que realiza los pedidos por medio de cartas manuscritas . Merkel recibe una selección a modo de muestra del catálogo de cada nueva colección y hace aproximadamente un pedido anual . «Ya tiene unos cuantos, no los he contado», responde sobre la periodicidad de las compras a lo largo de tres legislaturas en las que Merkel ha popularizado sus diseños. La primera adquisición, sin embargo, la realizó por teléfono. «Descolgué el auricular y escuché su voz. Tardé unos instantes en identificarla, pero enseguida supe que era ella», relata Weyrich.

El collar patriótico

El collar más famoso de su factoría lucido por la canciller alemana fue sin duda el que Merkel estrenó en el debate electoral televisado el 1 de septiembre de 2013 y compuesto por piezas de coral, ónix y cristal de roca, además de unas formas huecas de plata chapada en oro que daban como resultado los colores negro, amarillo y rojo , la bandera de Alemania. Si algo quedó en la memoria de los alemanes sobre aquel debate fue el inmediatamente conocido como «Deutschlandkette» (collar de Alemania), que se convirtió en un asunto de análisis político y fue mayoritariamente interpretado como un discreto y elegante gesto de patriotismo por parte de la canciller. Con aquella puesta en escena, Merkel demostró que en absoluto descuida su imagen, sino todo lo contrario: cuida en extremo cada detalle.

Su joyero no cree que Merkel tenga una piedra favorita, sino que «elige las piezas apropiadas para cada ocasión y que van bien con su ropa». Un ejemplo de ello es la cornalina y el ópalo de fuego que llevó en el juramento de su cargo en 2009. Desde luego, evita lo ostentoso , los brillos superficiales o cualquier cosa que distraiga, y exige a la pieza una aportación de significado.

Tradición centenaria

Posiblemente la tradición y el buen hacer seas también factores de elección para Merkel. En Idar-Obersten, una ciudad de 30.000 habitantes a orillas del Nahe , hay entre 350 y 400 negocios relacionados con la joyería y las piedras preciosas que dan empleo a unas 2.000 personas. «En Bangkok hay miles de talladores de piedras preciosas, pero no se ejerce ninguna de las otras profesiones que requiere la joyería, mientras que aquí llevamos 500 años realizando el proceso de principio a fin».

Para Weyrich, cuyo abuelo era tallador de diamantes , «tener a Merkel como compradora me hace sentir orgulloso». El último pedido de la canciller, el pasado otoño, fue un collar de labradorita azul brillante con perlas y alguna otra gargantilla con coloridas piedras preciosas que su joyero evita revelar. Sin embargo, es posible que antes de la campaña electoral, el joyero de Merkel vuelva a recibir una carta de su mejor clienta .

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