Isabel II reaparece tras la crisis de los Duques de Sussex con su hijo el Príncipe Andrés
Tras el acuerdo con los Sussex, la Reina muestra su apoyo incondicional a su hijo en Sandringham
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Tranquila, muy sonriente, y con paso firme y a la vez relajado, la Isabell II reapareció ayer ante los medios tras haber puesto punto final a la crisis familiar conocida como «Megxit» . Y además no lo hizo sola, sino acompañada por su hijo el Príncipe Andrés , quien también sonreía -y que es uno de los protagonistas de un escándalo relacionado con prostitución y pedofilia-, en lo que supone su segunda aparición pública tras haber sido apartado de sus deberes reales.
En la primera, el día de Navidad, Andrés mantuvo un perfil bajo. En cambio ayer, ambos acudieron a un servicio religioso en la iglesia de Sandringham, donde tiene la Reina su casa de campo.
Casi 94 años de edad y 67 de reinado no pasan en vano. Isabel II tenía solo 25 años cuando asumió su papel como Reina tras la muerte de su padre, Jorge VI, y mucho ha llovido desde entonces: guerras, revoluciones, conflictos políticos y sociales de gran envergadura, desastres naturales, hitos de la ciencia, son algunos de los hechos históricos que ha vivido estando en el trono, y ha sobrevivido a personajes reconocidos como Mahatma Gandhi , John F. Kennedy , Marilyn Monroe o Nelson Mandela . Eso, de puertas para afuera.
De puertas para adentro la cosa no ha sido fácil tampoco, porque dentro de la Familia Real ha tenido que lidiar con problemas graves y escándalos varios. De ahí que para nadie sea una sorpresa que ante el annus horribilis que supuso para ella el 2019 y que no acabó con el cambio al 2020, Su Majestad se haya mantenido en la línea que la ha caracterizado siempre: seria, reservada, incluso fría a veces, sin perder los papeles y, sobre todo, pragmática y resolutiva.
Así lo demuestra la salida victoriosa que ha tenido ante el «Megxit», la crisis abierta el pasado 8 de enero cuando su nieto el Príncipe Harry y su esposa Meghan Markle anunciaron su intención de dejar de ser miembros de la Familia Real y de vivir de forma «financieramente independiente» entre Reino Unido y Canadá. Ni corta ni perezosa, la Reina se puso manos a la obra para solucionar el tema lo antes posible y este sábado daba la noticia a través de dos comunicados: uno firmado por ella y otro por el palacio de Bukingham, en los que daba a conocer los detalles del acuerdo alcanzado con los Duques de Sussex. Por si eso fuera poco, su aparición junto a su hijo Andrés supone no solo un espaldarazo al Duque de York, sino una clara señal de que ella no se achanta ante los problemas familiares . Muy por el contrario, los acepta y busca arreglarlos cuanto antes.
En un momento en el que los medios británicos comentaban que la crisis del Megxit había servido para despistar sobre el escabroso escándalo en el que está inmerso Andrés, es su propia madre quien le muestra su apoyo públicamente pese a que haya tenido que tomar la dura decisión de apartarlo de sus deberes reales.
La íntima amistad de su hijo con el magnate Jeffrey Epstein, acusado de prostitución de menores y pedofilia y que apareció muerto en su celda de una cárcel de Nueva York el pasado verano, ha supuesto un verdadero dolor de cabeza para la Monarca, quien tras una desastrosa entrevista concedida por el Duque a la BBC, tuvo que hacerlo a un lado.
Y ahora le llegó el turno a los Duques de Sussex, quienes no solo consiguieron su objetivo de dejar de ser miembros senior de la Familia Real, sino que a partir de la próxima primavera dejarán de ser miembros del todo: no recibirán dinero público y tendrán que devolver los casi tres millones de euros que costó la reforma de su vivienda de Frogmore Cottage .
Aunque Isabel II se mostró inusualmente cálida en el comunicado en que les da las gracias por su trabajo y les desea una vida «feliz y tranquila» , los medios británicos y los expertos en protocolo real han calificado el acuerdo como un «Megxit duro», en una analogía con el Brexit que tendrá lugar el próximo día 31, cuando Reino Unido deje de formar parte de la Unión Europea.
Un problema menos
En todo caso, parece que la sonrisa de ayer de la Reina es una muestra de alivio ahora que las aguas parecen volver a su cauce. Mientras tanto, Meghan está en Canadá con su hijo de ocho meses, Archie, cuyos padrinos se conocieron ayer -y no son los famosos sobre los que se había especulado- sino el empresario Charlie Van Straubenzee, mejor amigo de Harry desde hace años, y su esposa la cineasta Daisy Jenks. Mientras, a Harry se le vio el pasado viernes cenando con un grupo de amigos en un pub londinense. Parece que Isabel II puede presumir de haber dado carpetazo a otro problema de los muchos a los que se ha enfrentado en su larga vida.
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