El embrujo de Cadaqués
Abducidos tal vez por la Tramontana, quienes lo conocen no dejan de volver al pueblo que atrajo a destacadas figuras como Marcel Duchamp, Salvador Dalí o Eugenio d´Ors
En 1904 acaecieron dos hechos que situaron en Cadaqués el centro telúrico del arte moderno: Salvador Dalí nacía en Figueras y un Eugenio d’Ors veinteañero pasó unos días en casa de Lídia Nogué s, pescadora conocida como «La Sabana». Josep Pla , que la identificó como la última bruja de Cadaqués, la recuerda con «un peinado aparatoso, una blusa holgada y repleta de lacitos, faldas a la moda de cinco años atrás y pobres zapatos de talones torcidos, de una irreparable tristeza».
Además de bruja y creerse la Bien Plantada de la obra orsiana, Lídia de Cadaqués fue la Padrina del método paranoico-crítico con el que Dalí deslumbró al surrealismo . En la terraza de Es Llaner, la pescadora-pescadera destilaba elucubraciones que el pintor escuchaba con delectación. Una frase de Lídia –«La miel es más dulce que la sangre»- inspiraría en 1927 uno de sus lienzos más misteriosos, hoy desaparecido. Desde que ocupó en 1930 la choza de Port Lligat -a quince minutos de Cadaqués, cerca del cementerio- Dalí columbró ángélicas galas en la barca que había comprado a Lídia.
Siguiendo el consejo de Montse Aguer , directora los museos dalinianos, constatamos lo bien que describe el artista su Port Lligat: «Es uno de los sitios más áridos, minerales y planetarios de la tierra. Las mañanas ofrecían una alegría salvaje y amarga, ferozmente analítica y estructural; los atardeceres eran con frecuencia morbosamente tristes, y los olivos brillantes y animados por las mañanas se metamorfoseaban en un gris inmóvil como el plomo. La brisa matutina dibujaba sonrisas de pequeñas ondas gozosas en sus aguas, en la tarde, muy a menudo, a causa de los islotes que hacen de Port Lligat una especie de lago, el agua está tan tranquila que refleja los dramas del cielo crepuscular».
Cadaqués: localista y aislado, universal y cosmopolita. Dalí, García Lorca, Meifrén, Picasso, Dérain, Zuloaga, Rusiñol, Blasco Ibáñez, Buñuel, Ortega, Matisse, Pitchot, Duchamp, Ernst, Henry François Rey, James Mason … Gracias a Lídia, Dalí se reconcilió con su padre y en la cala de Port Lligat trabó amistad con Luis Romero : « Las ocupaciones mundanas de Gala-Dalí solían limitarse a Cadaqués , aparte de las visitas recibidas en el estudio y a las conversaciones o aperitivos en el jardín-olivar , en la estancia que calificaban de biblioteca si el tiempo era desapacible, a invitaciones a almorzar o cenar en la entonces rústica terraza del vecino hotel, cuya cocina sólida y elemental podía ofrecer lo más exquisito del mar», apuntaba el escritor.
En los años sesenta, la Gauche Divine se consagraba a Bocaccio en invierno y a Cadaqués en verano. Vecina de Duchamp, Rosa Regàs subraya que los lugareños convivían sin estridencias con los famosos: «Además de los extranjeros que habían convertido Cadaqués en una prolongación de su casa, había una población de alguna manera autóctona: eran las 'familias de Cadaqués' que tenían sus casas desde tiempo inmemorial y residían desde hacía tantos años que todavía conservaban vivo el recuerdo del rodaje de 'Un perro andaluz', de Buñuel y de García Lorca que ellos o sus padres habían conocido». En los setenta, García Márquez pasaba por Cadaqués camino del «subversivo» Perpiñán. En el Marítim Bar, a pie de playa, se bebía y discutía «alrededor de una de aquellas mesas de hierro con sillas de hierro donde sólo cabíamos seis a duras penas y nos sentábamos veinte».
Quienes lo conocen no dejan de volver
Abducidos tal vez por la Tramontana, quienes lo conocen no dejan de volver al pueblo con silueta de pesebre navideño : calles rematadas por la iglesia de Santa María. Nunca un paisaje imitó al arte como esta bahía: Es Llaner, Sa Conca, Pianc, S’Arenella, S’Alqueria, Caials, Sa Cueta… Que el turismo desaforado no convierta el embrujo en aquelarre.
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