La detención de su hijo, el último disgusto de Ferdinand Piëch
Dos días antes de la muerte del patriarca de Wolkswagen, su hijo Ferdinand Jr. y su nieto Arthur protagonizaron una carrera ilegal
Dos días antes de que muriese su padre, el magnate de la industria automovilística alemana, Ferdinand Piëch hijo fue detenido por la Policía. Este incidente, que acaba de descubrir el resto de la familia, le es reprochado ahora como la gota que colmó el corazón de su padre, que a los 82 años de edad fallecía el domingo debido a un fallo cardiaco mientras disfrutaba de la comida con su mujer en un restaurante de Rosenheim. Le acababan de contar lo sucedido cuando sufrió el ataque al corazón fulminante y, aunque fue trasladado al hospital, no se pudo ya hacer nada. Fue el epílogo trágico de una aventura temeraria que quedó registrada el viernes en un atestado policial.
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La voz de alarma la dieron varios conductores que llamaron a la policía de Constanza a las 16:25 del viernes para denunciar una carrera ilegal con coches deportivos que estaba poniendo en peligro la vida del resto de los usuarios de la A-81. Lo que relataban los testigos fue que, durante unos minutos, habían ralentizado el tráfico circulando en paralelo en los dos carriles a 70 kilómetros por hora para después acelerar de repente y emprender una carrera en la que iban sorteando con temeridad el resto de vehículos que encontraban a su paso y que les llevaba en ocasiones incluso a invadir el carril de circulación en sentido contrario, a una velocidad que podría haber alcanzado los 200 kilómetros por hora pero que nadie podía precisar.
Ferrary y Porsche
Varios coches patrulla lograron visualizar los vehículos, en una espectacular persecución, antes de poder darles el alto. Al volante de sendos bólidos se sentaban el hijo mayor de Ferdinand Piëch, Ferdinand Piëch junior , de 53 años de edad, y su hijo Arthur , de 23 años. Les fueron confiscados en el acto tanto los automóviles de lujo, un Porsche 918 Spyder E-Hybrid (887 hp) y un Ferrari 488 Pista (720 hp), cuyo valor conjunto estimado supera el millón de euros, como sus permisos de conducir y sus teléfonos móviles, no sin antes recibir los agentes de policía «un trato arrogante». Arthur preguntó incluso a los policías: «¿Sabes con quién estás tratando?». Puestos en libertad después de que les fuese tomada declaración, el asunto está ahora en manos de la Fiscalía.
Las fotografías del momento de la detención, publicadas ayer por el diario alemán «Bild Zeitung», dejan constancia del último disgusto que su prole proporcionó al patriarca de Volkswagen. Desde hace décadas, la relación de Piëch con buena parte de sus hijos era fría y distante, debido a que después del divorcio de la primera de sus esposas se situaron de parte de ella. Incluso el brillante Toni Piëch , ingeniero y fundador de Piëch Automotive, fabricante de coches eléctricos con sede en Zúrich, que presentó el pasado marzo en el Salón del Automóvil de Ginebra el concepto Mark Zero, se ha negado siempre a trabajar en las empresas de su padre. «Nada de eso, siempre he ido por mi cuenta y así va a seguir siendo», ha declarado tras la última y velada oferta tras el fallecimiento del patriarca.
Sin opción ya al rapapolvo del patriarca, será la Justicia alemana quien sentencie el destino de Ferdinand Pïech Jr. y su hijo Arthur.