Lo que deja entrever el escote de Sanna Marin

Las reinas de España no tienen piernas. Con estas palabras arrojó a la cara del comerciante, el mayordomo mayor de Mariana de Austria , las medias de seda con las que aquel deseaba agasajar a la joven. Tal afirmación sentó cátedra en el siglo XVII y ha seguido vigente durante la incorporación de la mujer a la vida profesional y representativa, hasta que la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin , ha causado un gran revuelo en las redes por posar para una revista de moda dispuesta a demostrar que las jefas de gobierno sí tienen escote. El mundo virtual se ha dividido, con grandes alharacas, entre quienes se preguntan si la talla de sujetador pasará ahora a formar parte de las estrategias de campaña y quienes se preguntan cuándo serán las mujeres libres para presentarse al mundo según su propia visión de sí mismas , sin ser enjuiciadas por ello. Para Sanna Marin, sin embargo, no existe tal disyuntiva. A sus 34 años, la jefa de gobierno más joven del mundo es fruto de sus circunstancias, del momento y el lugar en los que le ha tocado vivir y de una mentalidad tan abierta como su blasier negro. Porque un escote no solamente habla de la mujer que lo lleva, sino también y sobre todo de la sociedad que lo mira.

El escote de Marin es la versión 2.0 del que lució Merkel aquella noche de primavera de 2008, en la nueva ópera de Oslo, en uno de los momentos más felices de la vida de la canciller alemana. Un fabuloso vestido de noche, azul tinta, con tan espléndido escote que ocupó portadas en el mundo entero. «No era más que un intento de salir de la rigidez del vestuario de un jefe de gobierno en una noche de ópera», dijo entonces su portavoz, Thomas Steg , que aseguró que «la canciller seguirá eligiendo su vestuario de noche para actos de gala según su gusto personal, a su antojo». A Merkel le divirtió un episodio que, para alguien que creció en la Alemania comunista, un contexto moral desapegado del celo católico por ocultar el cuerpo femenino, no pasó de anécdota. Y no por ello se puede decir, en justicia, que el carácter de Merkel sea casquivano, que perdiese credibilidad o que se haya servido de su atractivo para llegar al poder. A Marin, la polémica la ha tomado bastante por sorpresa, al frente de un país en el que el nudismo se practica tanto en saunas y piscinas como al aire libre. Pero desde el principio estuvo claro que había llegado a la política no solamente para romper el techo de cristal, sino también para romper muchos moldes.

Además de botones y corchetes, Marin ha eliminado ciertos sujetadores que constriñen el poder democrático a las fronteras nacionales. Cuando el primer ministro sueco Stefan Löfven no pudo asistir a una reunión del Consejo Europeo, en octubre de 2020, debido al funeral de su madre, Marin representó temporalmente a Suecia en la reunión. A cambio, le pidió a Löfven que representase a Finlandia en otro Consejo a finales de ese mismo mes.

Hija de padres separados, criada por una pareja de dos mujeres, se esperaba de ella una política muy orientada a los intereses del lobby homosexual, pero ha implementado medidas de protección a las familias, especialmente orientadas a sus intereses durante la pandemia. Ella misma protagonizó el pasado mes de agosto una romántica y convencional boda con el ex futbolista Markus Räikkönen , con el que lleva desde que ambos tenían 18 años y con el que tiene ya una hija.

Encabeza un gobierno que es notablemente femenino y joven. Los otros cuatro partidos con los que ha formado coalición están dirigidos por mujeres, tres de las cuales menores de 35 años. No tuvo reparos en dimitir, el pasado 3 de diciembre, cuando lo pidió la oposición, en medio de críticas por la manera en que había gestionado una huelga del servicio postal finlandés. Una vez cesó en el cargo, su popularidad aumentó y el Partido Socialdemócrata volvió a confiar en ella. Lo que no significa que rinda pleitesía a las siglas o a los colegas de partido. En las duras negociaciones de julio en el Consejo Europeo, le plantó cara a Pedro Sánchez y le tapó la boca en medio de una intervención . «Hay líderes en torno a esta mesa que han pasado de cero a 350.000 millones. ¿Tú qué has hecho? No sigas hablando y ¡mueve tu posición!».