Crueldad, «castigos» y un ataque sospechoso: la exmujer del emir de Dubái rompe su silencio
Randa al-Banna, divorciada de Mohamed bin Rashid Al Maktum, lleva 40 años sin poder ver a su hija
Randa al-Banna (64 años), la que fuera primera esposa del emir de Duibái, Mohamed bin Rashid Al Maktum (70), ha decidió romper su silencio en una entrevista para el «The Sunday Times» en la que relata la supuesta crueldad con la que habría sido tratada por parte del magnate. Unas palabras que cobran gran significado tras la huida de Haya de Jordania , otra de las mujeres del emir, el pasado mes de julio, y que está luchando en la Corte londinense por la custodia de sus dos hijos.
Randa y el emir se conocieron cuando ella tenía tan solo 16 años y él 23, se casaron rápidamente y en 1977 dieron la bienvenida a su primera y única hija en común: Manal (42). Describe sus primeros años de matrimonio como algo maravilloso, una época «con aviones privados, champán y fiestas en Londres». No obstante, según su testimonio, cuando estaba embarazada descubrió una supuesta infidelidad por su parte y decidió pedir el divorcio. Entonces su bebé tenía tan solo cinco meses y ella fue expulsada de los Emiratos Árabes, viéndose obligada a regresar a Beirut. «Lo perdí todo: perdí a mi familia, perdí mi hogar, perdí a mi hija y perdí mi dignidad y mi orgullo. Pagué el alto precio del amor ». Lo que ella califica como un castigo por parte del emir: «Es cualquier cosa menos un hombre fácil. De verdad que no lo es. Es muy terco, difícil y restrictivo».
Como parte de su relato, cuenta que hace años fue secuestrada y obligada a casarse con un líder con quien tuvo dos hijos. Su exmarido le ofreció ayuda entonces, le dejó dinero para divorciarse y poder pagar a los abogados. Un acercamiento que alimentó sus esperanzas de poder reencontrarse con su hija. Pero nada más lejos de la realidad. Y es que, según su versión de los hechos, Mohamed bin Rashid le habría tendido una trampa para humillarla . Cuenta que este le proporcionó una dirección en la que se estaba celebrando una fiesta en la que había más de 1.000 personas asegurando que Manal se encontraba allí y la incitó a entrar y buscarla valiéndose «de su instinto de madre». Por supuesto, nunca llegó a verla y duda de si la joven se encontraba realmente allí. Tras este episodio se fue nuevamente de Dubái y él decretó una orden para que no pudiera entrar nunca más.
En 2005, cuando su hija contrajo matrimonio, Randa intentó acudir al enlace, pero relata que días antes de la boda fue atacada violentamente con un bate de beisbol, un golpe por el que estuvo ingresada y le tuvieron que poner 27 puntos. Al despertar, dice que su exmarido estaba a los pies de la cama en el hospital oferciéndole costear las facturas médicas y negando que él tuviera nada que ver con el suceso: «Si me permitieran ver a mi hija, me sentiría compensada por todo. Todo lo que quiero es sostenerla en mis brazos otra vez».
Princesas «huidas»
Se trata de un momento muy delicado para el emir de Dubái , que está luchando en los tribunales por la custodia de los hijos que tiene en común con Haya de Jordania, hermana del Rey Abdalá II , huida el pasado verano. También se ha hablado mucho en los últimos meses sobre el caso de otras de las hijas del emir, Shamsa y Latifa , historias que han animado a su primera esposa a dar este paso.
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