El baluarte de Ceaucescu
Las autoridades rumanas abren al público la antigua residencia del dictador. El pueblo podrá apreciar hasta el último rincón de esta mansión de 80 habitaciones

Un Nicolae Ceaucescu narcisista y colérico y su megalomaniaca esposa Elena cogían el 22 de diciembre de 1989 su helicóptero para huir de un país que dejaban desangrando: Rumanía lloraba más de mil cien muertos en los disturbios de aquel fatídico diciembre que terminó con el fusilamiento de la pareja. El dictador estalinista y su mujer abandonaban ese día la residencia en la que habitaban desde 1965 acompañados de sus tres hijos y de Corbu y Sarona , los dos perros labradores que vivían mejor que cualquier ciudadano común de la Rumanía comunista. La lujosa mansión privada de los Ceaucescu conocida como Palacio de la Primavera se ha abierto por primera vez al público: ochenta habitaciones, piscina, sala de cine, parque y búnker rodearon durante décadas a un dictador que se creía genio e inmortal.
Ha debido pasar más de un cuarto de siglo para que los rumanos se reencuentren de manera tan brutal con su historia: el Palacio de la Primavera construido en la década de los 60 «debe que estar abierto al pueblo rumano, que tiene que hacer las paces con su historia y conocer su pasado, en todas sus facetas», declaró la ministra Violeta Alexandru durante la ceremonia de inauguración. Unas 300 personas visitaron por primera vez la residencia del dictador ubicada en el que fuera el barrio de la nomenclatura comunista que fue decorada tal y como querían los Ceaucescu: las habitaciones con espejos de cristal de Murano, la piscina interior con mosaicos, una sala de música, un salón de belleza y masajes, un parque con pavos reales.
En su huída, los Ceaucescu se vieron obligados a aterrizar cerca de la ciudad de Târgovişte hasta donde llegaron en un coche para refugiarse cerca de una planta siderúrgica. Un ingeniero que trabajaba en el lugar avisó a la policía que buscaba al dictador y a su esposa . Los ahora fugitivos fueron capturados ese mismo día, conducidos a un cuartel militar de la misma ciudad e informados que estaban oficialmente detenidos. La navidad de ese mismo año, los Ceaucescu fueron acusados de genocidio , daño a la economía nacional, enriquecimiento ilícito y uso de las fuerzas armadas contra civiles del país por un tribunal ex profeso que los condenó a ser fusilados ese mismo día.
No sorprende la reacción de rechazo de los primeros visitantes a la residencia de quien protagonizó uno de los periodos más oscuros de la historia de Rumanía . Las puertas de la ostentosa villa del autoproclamado Genio de los Cárpatos se volverán a abrir el próximo sábado cobrando una entrada de 30 lei (6,5 euros). Los visitantes tendrán acceso a los cerca de cuatro kilómetros cuadrados en los que se ubica la residencia que en un principio fue usada para recibir a jefes de Estado extranjeros. En los exteriores se encuentra un edén y muy cerca del búnker, la bodega de vinos del dictador. Destacan sin embargo las lámparas de cristal , la madera, la porcelana y el mármol natural puro. Ceaucescu, el narciso inmortal, tenía pánico a ser envenenado por sus enemigos extranjeros. No imaginó nunca que su propio pueblo se defendería de su megalomanía genocida y decidiría finalmente fusilarlo.
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