El Gobierno vasco llama a la «reflexión» para mejorar las condiciones de los presos de ETA

PNV y PSE pide cambios en la política penitenciaria tras el suicidio de un recluso de la banda

EFE

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La adopción de cambios en la política penitenciaria dirigidos a acercar y «reinsertar» a los presos de ETA forma parte de la hoja de ruta confeccionada por el Gobierno vasco, que ayer extrajo una lectura política de la muerte del etarra Igor González . Todo apunta a que se trata de un suicidio. Desde el Ejecutivo, sustentado por PNV y PSE, achacaron el suceso a la carencia de «humanización» en las cárceles, que bajo su punto de vista no se adaptan a la «realidad actual de la sociedad vasca y a sus nuevos retos» . En este sentido, llamaron a hacer una «reflexión» sobre la situación de los reclusos de la banda.

El Ejecutivo se refirió en un comunicado a la muerte de González, cuyo cuerpo apareció sin vida el viernes en la cárcel donostiarra de Martutene. Un suceso en el que se apoyó el Gobierno de Urkullu para reivindicar su programa penitenciario: «Se debe incentivar una reflexión en todos los agentes que tienen relación con la realidad de estos presos», apuntó la coalición, que ya dejó constancia en su acuerdo de Gobierno de la necesidad de promover un modelo que favorezca el acercamiento de los presos de ETA a cárceles «cercanas a su entorno familiar», así como su «reinserción». El objetivo es hacer efectiva esta misma legislatura la transferencia de las Prisiones.

Se trata de una de las reivindicaciones tradicionales del PNV y de Iñigo Urkullu, que ayer juró el cargo de lendakari junto al Árbol de Guernica. «Humilde ante Dios y la sociedad, en pie sobre la tierra vasca, juro que cumpliré mi mandato fielmente», manifestó el nacionalista íntegramente en euskera.

En una legislatura irreversiblemente marcada por la crisis del coronavirus, el presidente vasco pondrá el foco sobre el ámbito económico, pero no dejará de lado la búsqueda de un «mayor y mejor» autogobierno. En objetivo del PNV no es otro que la consolidación de un «nuevo estatus» para el País Vasco, tal y como recordó esta semana el líder del Partido Nacionalista, Andoni Ortuzar, quien celebró que con Sánchez se abre una «ventana de oportunidad» para el reconocimiento de la «nacionalidad vasca».

Erkoreka, vicelendakari

El presidente vasco afronta su tercera legislatura, la más incierta tanto a nivel económico como social, rodeado de un grupo de consejeros con un perfil menos técnico y más político que en sus anteriores mandatos. Urkullu ha vuelto a encomendarse a la experiencia de Josu Erkoreka, que no solo asumirá el papel de vicepresidente primero del Ejecutivo sino también el de consejero de Seguridad. La «número tres» será Idoia Mendia, quien dirigirá una segunda vicepresidencia.

En el nuevo gabinete no hay grandes sorpresas pero sí cambios reseñables, especialmente en las áreas de Salud (Gotzone Sagardui), Educación (Jon Bildarratz) y Autogobierno (Olatz Garamendi). El PNV se queda con ocho carteras, y los socialistas, con tres. Entre ellas, una de peso en la legislatura de la «reconstrucción» como es la de Empleo y Trabajo, que será dirigida por Mendia. Un madrileño, Javier Hurtado, será consejero de Turismo, mientras que Iñaki Arriola se quedará con Planificación territorial, Vivienda y Transporte.

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