Una consulta del Estatuto vasco previa a su envío a las Cortes
PNV y EH Bildu culminan una propuesta de marcado perfil nacionalista
Los grupos de la ponencia de Autogobierno culminaron este viernes la fase inicial del proceso de gestación del nuevo Estatuto, cuyo borrador, según acordaron PNV y EH Bildu, será sometido a escrutinio popular antes incluso de ser tramitado en las Cortes Generales. Se trata, argumentaron ambas formaciones, de una «consulta habilitante esencial» que en todo caso no será jurídicamente vinculante. Si el Estado diera el visto bueno al texto final, este sería objeto de un segundo y definitivo referéndum.
La propuesta, en todo caso, deberá contar necesariamente con la bendición de Madrid, lo que por el momento se antoja difícil dado el marcado carácter nacionalista de un texto pactado en su práctica totalidad por PNV y EH Bildu. Partidos que se aliaron para plasmar en el preámbulo y el capítulo inicial del nuevo Estatuto conceptos como el derecho a decidir o la «nación» vasca y que este viernes, en la última sesión previa al parón estival, volvieron a unir sus votos para someter el documento a una consulta ciudadana antes de enviarlo a las Cortes.
En primer lugar, la Ley estatutaria deberá ser aprobada por el Parlamento vasco, donde PNV y EH Bildu tienen mayoría. Una vez superada esta fase, el proyecto será objeto de una consulta ciudadana que, «aún no siendo jurídicamente vinculante , tendría un valor declarativo y habilitante esencial». Se iniciará entonces una negociación con el Estado para el encaje jurídico del Estatuto, que si fuera aprobado deberá ser ratificado nuevamente por la ciudadanía vasca mediante referéndum .
La iniciativa de las formaciones nacionalistas volvió a ser rechazada por PP y PSE, este último socio del PNV en el Ejecutivo autonómico. De hecho, los socialistas vascos registraron el pasado jueves un voto particular a un proyecto de reforma estatutaria con el que discrepan «en cuestiones nucleares». En palabras de su portavoz parlamentario, José Antonio Pastor, la formación nacionalista se ha decantado por unos «derroteros» soberanistas que no solo son «excluyentes», sino que además rebasan la legalidad.
Primer acuerdo transversal
Hubo que esperar al último día de esta fase inicial del proceso para que se produjera el primer acuerdo transversal. El aliado de PNV y EH Bildu fue Elkarrekin Podemos, con el que sacaron adelante el capítulo de derechos y deberes de la ciudadanía vasca. Según consta en el texto, los derechos sociales se constituirán como el «núcleo» y «eje vertebrador del país» . Asimismo, nacionalistas y soberanistas acordaron otro punto en el que se garantiza la «participación directa» del País Vasco en los organismos internacionales y el establecimiento de una circunscripción propia vasca para las elecciones europeas.
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