El asesino de la bebé de Vitoria dice que vio en ella la «semilla del diablo»

La madre de la niña afirma que el acusado le propuso mantener relaciones sexuales

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«Vi los ojos rojos de la niña y supe que era la semilla del diablo». Contundente, el acusado de asesinar a una bebé de 17 meses en Vitoria se definió esta mañana como un «trabajador de luz» destinado a acabar con el «mal» que a su parecer encarnaba la pequeña. Durante su intervención en la segunda sesión del juicio que tiene lugar en la Audiencia Provincial de Álava, Daniel, para el que la Fiscalía pide la prisión permanente revisable , confesó que la noche en la que lanzó a la niña por la ventana de un primer piso de la calle Libertad trató de mantener relaciones sexuales con la madre de esta, a la que también trató de asesinar. Según la joven, su negativa «tocó el orgullo» del acusado, lo cual motivó su reacción.

Sevillano y brasileña habían iniciado un mes antes una relación sentimental. Gabriela, que así se llama la madre de la bebé, aseguró este miércoles que nunca percibió nada raro en su pareja, «un chico absolutamente normal». Todo cambió la noche del 25 de enero, cuando se desplazó al piso de Daniel con su hija para pasar la noche por la «insistencia» del acusado. Pasadas las doce y media, este comenzó a realizar comentarios «raros» sobre «algo de que los niños iban a provocar el fin del mundo» .

Según relató la madre, tras percatarse de la extraña actitud del anfitrión trató de buscar un autobús que la llevara a Burgos, donde residía, pero al no conseguirlo decidió irse con su hija a dormir. Él, que se había quedado escuchando música, le envió un mensaje de whatsapp en el que le proponía mantener relaciones sexuales. La joven ni siquiera llegó a contestar: «Pasé totalmente», relató. Poco después, Daniel entró en el cuarto y se detuvo frente a Alicia, la pequeña, a la que comenzó a presionar el pecho .

Gabriela se levantó y apartó al acusado de su hija. Entonces, Daniel comenzó a golpear a la joven, que entonces tenía 18 años. «Alicia lloraba -explicó-. La empujé fuera de la habitación pero no me dio tiempo a cerrar la puerta». Finalmente, el varón cogió a la niña del suelo, rompió la ventana de la habitación y la lanzó a la calle. La víctima cayó desde una altura de cinco metros y sufrió graves heridas en la cabeza que le causaron la muerte.

«Era mi misión»

Aunque Gabriela lo negó, el sevillano aseveró en la sesión de hoy que la noche del crimen consumió marihuana y bebió dos latas de cerveza. Daniel confesó que había puesto la mano encima a la bebé, pero añadió que su intención no era otra que la de «transmitir luz» a la que definió como «la semilla del mal»: «Tenía que hacerlo, era un trabajador de luz y estaba obligado a hacer sí o sí -declaró-. Tenía que acabar con el diablo, con ese futuro destructivo. Era mi misión».

Unas declaraciones que la acusación definió como un «mero acto de teatro», pero que para la defensa de Daniel demuestran la grave esquizofrenia que padece. Por ello, ha reclamado la eximente completa por enajenación mental.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación