Así se homenajea a un terrorista
Pamplona ha vivido, con total impunidad, el homenaje a Mikel Castillo, muerto en un tiroteo con la Policía hace 28 años
Como cada año, Pamplona ha visto cómo hoy 18 de septiembre se homenajeaba al miembro de ETA, Mikel Castillo , muerto hace 28 años en un enfrentamiento con la Policía cuando el comando Amaiur fue sorprendido mientras esperaba la aparición de un presunto traficante de drogas para asesinarlo, según reconoció uno de los integrantes del comando que fue detenido.
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Hasta el lugar donde murió Castillo, al final de la calle del Carmen de Pamplona, en pleno centro, se acercó medio centenar de personas. En el lugar ya se había colocado un cartel de grandes proporciones con el rostro del etarra y, como novedad de este año, una placa en la fachada del edificio junto al que se produjo el tiroteo, muy similar a las que se suelen colocar a las víctimas del terrorismo.
Y es que los familiares reclaman lo mismo que a las víctimas: Verdad, Justicia y Reparación . Para ello, una hermana del fallecido trató de justificar el mismo reconocimiento para el etarra muerto, ignorando que se encontraba esperando para matar a otra persona.
El acto comenzó con un «aurresku» de honor en memoria del terrorista muerto, un baile típico vasco que se hace a modo de homenaje. Le siguió una ofrenda floral junto con el encendido de un pebetero en señal de «vida eterna». Posteriormente se produjeron dos intervenciones. Entre medio gritos de los asistentes de «Mikel gogoan zaitugu» (Mikel, queremos) y «Herria ez du barkatuko» (el pueblo no perdona).
Tras las dos intervenciones de familiares y amigos, los asistentes entonaron el «Eusko Gudariak» (himno al soldado vasco) y se disolvió sin ningún problema. Eso sí, en el lugar donde se produjo el tiroteo quedó la foto del terrorista y la placa colocada de forma improvisada y sin permiso del Ayuntamiento.