Grietas, goteras, grafitis y botellón: «La situación de abandono y deterioro del Arco de Moncloa es patente»
Un informe de Patrimonio constata las goteras y grietas generadas tras la construcción del intercambiador
La Complutense y el ayuntamiento ultiman la cesión del monumento de 1950 para poder iniciar su restauración
La maleza crece con tanta fuerza y desde hace tanto tiempo que los hierbajos ya han fracturado los peldaños de las escaleras de acceso al Arco de la Victoria de Moncloa. Restos de botellas rotas y grafitis superpuestos unos encima de otros evidencian la ... falta de mantenimiento que lastra a este monumento desde hace años. La degradación exterior se percibe desde la A-6. Pero también se advierte aún más si cabe desde el interior. Un informe elaborado por los técnicos de la dirección general de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid, al que ha tenido acceso ABC, constata la «situación de abandono y deterioro patente»: «Los acabados interiores están muy afectados», indican los expertos del Área de Cultura tras varias inspecciones a la edificación erigida entre 1950 y 1955.
El 8 de marzo de 2006 la Universidad Complutense de Madrid y el Consorcio Regional del Transportes firmaron una cesión del suelo para construir el intercambiador de Moncloa. Su objetivo era posibilitar su ampliación, al ceder el subsuelo -que pertenecía a la UCM- y la ocupación temporal del suelo durante las obras.
En aquel primer escrito se pactó que se impulsarían las negociaciones con el Ayuntamiento de Madrid para ceder la parcela al consistorio y que fuera la capital quien se encargara de su mantenimiento. Dieciséis años después, esas conversaciones están ya a punto de concluir en la esperada cesión. Pero hasta llegar a este punto, la obra de los arquitectos Modesto López Otero y Pascual Bravo Sanfeliú ha padecido las inclemencias del abandono institucional.
«Los procesos patológicos más acusados son los producidos por las humedades de filtración de agua de lluvia y por el estado de las instalaciones de evacuación de agua», indican los técnicos de Patrimonio. «Llamativas grietas horizontales parten el granito a la altura de la bóveda de la sala del ático, a consecuencia de movimientos originados en la construcción del intercambiador, aunque se encuentran presumiblemente estabilizados a día de hoy», añaden.
El subsuelo, para transportes
Pese a todos los desperfectos, «no existen grandes daños estructurales»: «El interior es practicable. Dos escaleras y ascensores -nunca usados, ya que se averiaron el día de la inauguración debido a un problema de cimentación- conducen a una gran sala abovedada que corresponde al ático, desde donde se puede acceder hasta dos miradores al aire libre a ambos lados de la base de la escultura de coronación -la cuadriga de Minerva, obra de Julián Lozando, del taller Hermanos Arregui-».
Incluido en el Catálogo de Elementos Urbanos Singulares con protección Nivel 1, el Arco de la Victoria también fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Conjunto Histórico de la Ciudad Universitaria. Por lo que, como tal, existe el deber de conservarlo, tanto por la Ley de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, como por las normas urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1977.
Así, el convenio, «actualmente en redacción» -según apuntan fuentes municipales-, «tiene por objeto la cesión del uso del Arco de la Victoria para su puesta en valor como elemento patrimonial, con interés cultural y turístico». Se mantendrá, no obstante, la «cesión del uso de su subsuelo a favor del Consorcio Regional de Transportes de Madrid que será destinado única y exclusivamente a la actividad del intercambiador».
Apertura al público
Una vez se firme el convenio, el ayuntamiento asumirá su rehabilitación y puesta en servicio del edificio, «a falta de valorar si esto llevaría asociada su apertura, o no, al público», indican desde la concejalía que dirige Andrea Levy (PP).
Desde que se inauguró ha permanecido prácticamente en desuso. Apenas se utilizó en el pasado como un pequeño archivo de la Universidad Complutense. En el sótano se conserva el único vestigio de aquella época: allí se apilan decenas de retratos enmarcados de Don Juan Carlos y de Doña Sofía, los que se colgaban en las aulas durante la década de 1980.
Museo de la Guerra Civil
El monumento conmemora el triunfo del bando franquista en la Guerra Civil. Es por eso que el gobierno de Manuela Carmena durante su mandato quiso adecentarlo para que acogiera un museo de la 'Batalla de Madrid' o del 'Madrid de la guerra'.
La propuesta partió del Comisionado de la Memoria Histórica, que señaló, además del arco de Moncloa, otros catorce lugares de la capital para rebautizarlos y borrar en ellos toda huella del régimen de Franco. En esa «resignificación» del lugar, el departamento que encabezó Francisca Sauquillo, quería renombrar la construcción como el Arco de la Memoria o Arco de la Concordia.
La edificación se proyectó en los años 40 del siglo pasado. Se levantó en una zona que había sido frente de batalla y su trazado incluía además un edificio a los caídos: el que hoy ocupa la Junta Municipal de Moncloa, frente al arco.
Enterrado ya ese proyecto, el convenio que se firmará en los próximos meses, permitirá lo más prioritario: frenar su degradación.
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