El Goyito, el rey de los alunizajes, pasa el puente en la cárcel de Valdemoro
La prisión madrileña es un lugar de tránsito para reclusos peligrosos como Gregorio Rodríguez
Caen los compinches del 'Goyito' por robar más de 2,5 millones de euros en móviles

El pasado viernes, un furgón de la Guardia Civil depositó a uno de los reclusos más peligrosos de los calabozos en la cárcel madrileña de Valdemoro. Gregorio Rodríguez, de 31 años, no aguantó mucho en la prisión de Salamanca, donde incendiaba al resto de internos. Otro furgón lo trasladará hoy de Madrid a Castellón. Son tres prisiones en un solo puente, el enésimo traslado del rey de los alunizajes en la región, conocido como 'el Goyito'. La historia interminable que empezó con un niño de 12 años robando motos a los repartidores de pizzas: golpe, detención, traslado, libertad, golpe, detención.
El paso del Goyito por Salamanca ha sido breve. También lo fue en Estremera, en Valdemoro, en los módulos I y II de la cárcel de Aranjuez. El alunicero suma más de 60 detenciones. La última, en enero de 2021, por asaltar una tienda de telefonía mientras disfrutaba de su libertad condicional. Cumplía una condena de dos años y ocho meses por delitos anteriores. De nuevo en el calabozo, en Salamanca, ha protagonizado un «grave incidente» que ha desencadenado su expulsión, informan a ABC fuentes penitenciarias.
«El Goyito tiene mucha entidad dentro de la cárcel, mucho dinero, y estaba levantando al módulo entero», explican las mismas fuentes. El alunicero, el más voraz de la Comunidad de Madrid, se erigía en una suerte de «líder» del resto de presos y los alentaba, entre otras cosas, a hacer huelgas de hambre. El ladrón está empadronado en la capital, pero «ha dado vueltas por todas las cárceles de España» a base de condenas cortas. Tras el altercado en Salamanca con el jefe de servicios de la prisión, está clasificado en primer grado, el régimen más estricto reservado a los internos conflictivos. También aparece en el listado FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento). La cárcel dentro de la cárcel.
El Goyito llegó a Valdemoro «demacrado» y fue conducido directamente al módulo de aislamiento. El mismo destino le espera en Castellón, hasta que pueda recuperar el segundo grado, regresar a Madrid y, en última instancia, salir a la calle. No es la primera vez que la prisión madrileña aloja durante unos días a reclusos especialmente peligrosos.
Valdemoro es un lugar de tránsito y allí coinciden los peores delincuentes con internos violentos. Hace poco, un hombre que había roto el labio a una funcionaria en la cárcel de León. «Este es el perfil de presos que llegan a Valdemoro, muchos son enfermos mentales», reconoce el delegado de CSIF en Madrid, Sergio García. Un motivo más en la larga batalla de los funcionarios de prisiones para lograr la condición de agente de la autoridad.