Los vecinos del sur de Madrid ignoran el confinamiento voluntario: «La gente se salta la cuarentena»
La rutina se mantiene intacta en los distritos de Usera y Puente de Vallecas, las zonas con más repuntes de Covid-19 de la región, donde la Consejería de Sanidad ha recomendado quedarse en casa y evitar reuniones
Este viernes, el Gobierno madrileño aconsejó no salir de casa en las zonas donde el virus está ganando terreno. Al día siguiente, Edward, Luis, Manuel y Ramón jugaban al dominó en un parque de Usera , el distrito más azotado de la capital, la región e, incluso, del país, con una tasa de incidencia acumulada de Covid-19 de 585,37 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.
«Nuestra regla es jugar siempre con mascarilla», aseguraba Edward, después de colocar con brío su ficha sobre el tablero de dominó. Las últimas recomendaciones de la Consejería de Sanidad no han calado en el barrio. Ayer, las calles de Usera hervían de movimiento, los comercios y las terrazas recibían clientes y los parques, visitantes. «Claro que tenemos miedo a un confinamiento », añadía Manuel. Pero, por ahora, la Comunidad descarta confinar los puntos calientes , concentrados en el sur de la región, mientras trata de descubrir las causas de su elevado número de contagios.
Edward se hace una idea. «La gente no está cumpliendo la cuarentena . Sé que uno dio positivo el otro día y ayer le vi paseando y hablando por aquí», cuenta. El director de Salud Pública y Covid-19, Antonio Zapatero —el mismo que lanzó el viernes la recomendación de «quedarse en casa»—, confirmó ayer dichas palabras. «Nos consta que en el seguimiento de casos positivos y de contactos no se está realizando el aislamiento o la cuarentena como corresponde», informó.
Además, pese a que un juez anuló el viernes las últimas restricciones sanitarias en la región, Zapatero insistió en las medidas de protección «individuales» y «colectivas» y reiteró la necesidad de evitar desplazamientos y reuniones . Aún así, quiso trasladar cierta tranquilidad: «No es un mensaje alarmista».
«La verdad es que la gente pasa de las recomendaciones, por aquí hay mucho negacionismo», reconocía Min, tras la mampara de plástico de su tienda de alimentación. Su padre fue uno de los voluntarios que acudieron el martes al Centro de Especialidades de Orcasitas para someterse a los test masivos desplegados esta semana en las zonas con mayor incidencia del virus . Ya suman alrededor de 5.400 pruebas PCR aleatorias en los distritos de Carabanchel, Usera, Villaverde y Puente de Vallecas, y en los municipios de Alcobendas y Móstoles.
No muy lejos de la tienda de Min, Sebastián trataba de vender mascarillas a los viandantes. «Yo solo salgo de casa para ganarme el pan, nada más», aseguró. También es una de las 1.008 personas asintomáticas de entre 15 y 49 años que realizaron las pruebas el martes y, 48 horas después, le comunicaron su resultado negativo, igual que al padre de Min. Apenas el 3,8 por ciento de los participantes, 38 personas, dieron positivo .
A falta de conocer las cifras de Alcobendas y Móstoles, donde se realizaron 1.158 y 1.529 PCR, respectivamente, los datos no resuelven el porqué de los repuntes. En Carabanchel, solo el 2,2 por ciento de las 424 PCR dieron positivo; en Villaverde, el 2,3 por ciento de 1.368 PCR; y en Puente de Vallecas, el 2,65 por ciento de 1.458 PCR. La próxima semana, la Comunidad enviará una vez más miles de SMS para convocar a nuevos test, que repetirá en los cuatro distritos de la capital y extenderá a los municipios de Fuenlabrada y Parla.
Barrios con rentas bajas
Con todo, las zonas afectadas sí que tienen un denominador común: rentas bajas . En el distrito de Puente de Vallecas , segundo en la lista con más casos de Covid-19 —su tasa de incidencia es de 467,94—, los vecinos ofrecen una explicación. «No es que los ricos no tengan el virus, es que se pueden ir a una segunda residencia, no usan el Metro... Aquí hay familias que viven juntas en 60 metros cuadrados », resume Carmen, dueña de un herbolario junto a la avenida de la Albufera.
Las recomendaciones de Sanidad tampoco se cumplen en pleno fin de semana. «El problema es que hay mucha concentración, en un barrio la gente sale, saluda, va a la tienda del vecino...», coincide Carlos, que regenta el bar frente al herbolario. El cercano y famoso bulevar en la vía de Peña Gorbea da fe de ello, donde amigos y familiares se reunían ayer alrededor de mesas y bancos. En una de las terrazas, Charina bebía cerveza con otras cinco personas y dos bebés que no han cumplido el año. Todos comparten hogar, y aunque otro confinamiento sería complicado, ese «no es el problema». «Soy empleada del hogar y me quedaría sin trabajo» , dice la joven de 23 años, con su hijo en brazos.
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