Los sobrinos del clan de los Gordos vendían 150 dosis diarias de cocaína y heroína para controlar la Cañada
La operación policial sigue abierta, por lo que no se descartan nuevos registros y detenciones
Al grito de «fuera de aquí» y cargados con radiales y martillos para poder abrir las puertas que opusieran resistencia, un centenar de agentes de la Policía Nacional se desplegó ayer por el Sector VI de la Cañada Real en una nueva macrooperación antidroga en la que se detuvo a seis personas. El objetivo era claro: cercar a los moradores de cinco infraviviendas, pertenecientes al histórico clan de los Gordos.
La intervención comenzó a primera hora de la mañana y se realizó de forma simultánea en las parcelas: dos puntos de venta de droga y tres utilizados como almacén. No querían que los ahora arrestados recibiesen un chivatazo y pudiesen deshacerse de la mercancía u otro tipo de pruebas. A pesar de eso, lo intentaron, prendiendo fuego a varias estufas y cubos de aluminio en los que guardaron el material ilegal y dinero, que no fue consumido en su totalidad por las llamas.
Los arrestados –cinco hombres y una mujer– son los sobrinos del desmantelado clan de los Gordos, antiguos reyes de la cocaína en el asentamiento. Cuando la Policía les dio caza, los Kikos, también familiares, se quedaron con el mercado, pero cayeron en una operación que se desarrolló a principios de octubre. Ahora, dos meses más tarde, los sobrinos intentaban controlar la zona y ser los nuevos amos del negocio, en el que llegaban a vender hasta 150 dosis diarias de cocaína y heroína. Los agentes los acusan de un presunto delito contra la salud pública y otro de defraudación de fluido eléctrico. Además de una cantidad importante de las sustancias, se incautaron 22.000 euros en efectivo, un machete, una navaja, cien cartuchos y dos escopetas.
A pesar de tratarse de chabolas, los agentes se encontraron con fuertes medidas de seguridad para acceder a las viviendas. En el interior había también utensilios para cocinar y pesar las drogas y documentación en la que dejaban constancia de las transacciones y horarios de trabajo. Según informan fuentes policiales, decomisaron otros elementos que permiten mantener la operación abierta, por lo que no se descartan nuevos registros y detenciones. En la de ayer participaron el Grupo Operativo de Investigación Zonal (GOIZ), Unidad de Prevención y Reacción (UPR), Caballería y Guías Caninos.
La Policía lleva tiempo con la mirada puesta en la Cañada Real. Desde octubre, se han practicado varias operaciones contra la venta de marihuana en el poblado. Los enganches ilegales para poder cultivar las plantas han provocado una sobrecarga en el suministro eléctrico del 500% y han dejado a ochocientas familias sin luz. Pero el gran golpe se desarrolló el día 5 de ese mes, cuando se detuvo a 14 integrantes de los Kikos que se hacían con un botín de tres millones de euros anuales.
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