Iglesias de Madrid
Santa Casilda: un trozo de Burgos en Madrid
El templo, situado en Carabanchel, toma el nombre de la hija del emir Al-Mamún
En un Carabanchel, ni alto ni bajo, en un recóndito lugar, escoltada por edificios de viviendas de un ladrillo que habla de desarrollo social, de una España de los años sesenta y setenta que despega, se encuentra la parroquia de Santa Casilda , calle de Parador del Sol, 10. Una parroquia con un amplio patio de acceso al templo y los locales parroquiales. Recientemente han sufrido el desprendimiento del terreno exterior , con lo que se avecinan obras. Hay que aclarar, por hacer justicia a la historia, que en sus orígenes esta parroquia se denominaba de San Eugenio de Cartago , desligada de la clásica san Miguel Arcángel de Carabanchel. Allá por 1965, en el mes de noviembre, se convierte en Santa Casilda accediendo a la petición del sacerdote don Enrique Contreras Abad, y de los fieles que proceden, en gran número, de la provincia de Burgos . Y por la insistencia y ruegos de las instituciones y organismos de Burgos en Madrid, Casa de la cuna de Castilla. Lo que, sin duda, merece la pena es conocer la historia de esta santa, Casilda, conversar del Islam, que tiene su santuario en la Burueba , a once kilómetros de Briviesca.
Casilda, poesía para Dios. He aquí la historia de una mujer que en la Iglesia ha tenido, y tiene, no poco protagonismo . Bien pudiera ser la santa de ciertos feminismos. Cuenta la historia, que también es leyenda, que era una de las numerosas hijas de un emir toledano musulmán de nombre Al-Mamún . Casilda, seguramente influenciada por su madre, abrazó la religión cristiana desde edad temprana. La joven Casilda auxiliaba con su socorro a los cautivos cristianos que eran sometidos a crueles tormentos en las mazmorras de Toledo.
Y añade la historia, que se enmarca en el siglo XI de una España en avance de cristiandad, que algunos cortesanos acudieron al Emir solicitándole que reprendiera a su hija por su desvelo hacia los cristianos presos . El Emir quiso comprobar si las acusaciones eran ciertas y persiguió a su hija hasta sorprenderla portando en su regazo algo que despertaba sospechas. Al preguntarle qué ocultaba, Casilda afirmó «llevo flores», lo que en realidad eran alimentos para los cautivos. Pero al mostrarlas aparecieron un puñado de flores. Casilda enfermó y viajó a los pozos de San Vicente , se bañó, sanó y comenzó una historia de vida eremítica con la anuencia del Rey Fernando I.
Este es la sombra protectora de esta parroquia, otrora de burgaleses, que ahora está abierta al Madrid multicultural y cosmopolita de la inmigración , preferente sudamericana. Tiene el templo, construido según el modelo arqutectónico diocesano de los años setenta común a otras parroquias, como la de la Virgen del Cortizo, la peculiaridad de que alberga, en la capilla del Santísimo, el altar originario del palacio episcopal de Madrid de la calle de San Justo. Un altar de un conjunto dedicado a Nuestra Señora de la Almudena, con preciosos bajo relieves y un sagrario cuya puerta es una joya artística, que representa la escena de los dos de Emaús . No pocas generaciones de sacerdotes mayores recibieron las órdenes sagradas ante ese altar. Le acompañan los candelabros originales.
Porque el párroco actual, el sacerdote Manuel Ingelmo Benavente , que está acompañado por el sacerdote procedente de Haití, Ignace Raymond Jules, ha revitalizado esta comunidad que tiene una feligresía de algo más de nueve mil fieles, con una media de edad alta, personas mayores, no pocas que viven solas. La asistencia a misa dominical se ha incrementado en los últimos tiempos y la participación de los fieles en las actividades de la parroquia, de entre las que destacan la Adoración Nocturna, los visitadores de enfermos y la Cáritas, que atiende a una treintena de familias y que ayuda a la precariedad económica del barrio. Además de los naturales procesos catequéticos , también cuenta la parroquia con un grupo de Vida ascendente. Original es el proyecto de la Asociación de los Reyes Magos, que va a convertir a la parroquia en un don permanente de ofrendas al Niño Dios. Y también la invitación, en la cartelería a la entrada de la parroquia, al grupo de la Asociación de Sexólicos Anónimos, la lucha contra la adicción al sexo.
En esta parroquia no podemos olvidar que está la Casa Madre de las Misioneras de Jesús, María y José. La parroquia de Santa Casilda, un pequeño oasis en medio de un barrio en permanente ebullición.
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