Rosario La Tremendita: «Me da un poco de vértigo que me califiquen de 'revolucionaria del flamenco'»
La artista sevillana presenta el espectáculo 'Tremenda' este domingo en el Festival Internacional de Verano de El Escorial
Bisnieta de Enriqueta La Pescaera, sobrina nieta de La Gandinga de Triana e hija de José El Tremendo, Rosario La Tremendita lleva la tradición jonda en la sangre, pero por sus venas también corre el espíritu de la aventura, de lo experimental. Nacida en Sevilla, La Tremendita muestra su versatilidad al componer y escribir sus temas, producirlos e interpretarlos con guitarra, bajo eléctrico y percusión. Y sin despegarse de la tradición flamenca ha ido evolucionando desde 'A tiempo' (2010), su primer disco, dejando constancia de sus avances en 'Fatum' (2012), nominada a los Grammy Latinos como Mejor álbum flamenco; 'Qasida' (2015), que es la grabación de un concierto en directo junto al cantante iraní Mohamed Motamedi; y 'Delirium tremens' (2018), el álbum del cambio, de nuevo candidato a un Grammy Latino.
En esta progresión hacia lo experimental, sin despegarse de la tradición, ha contado con el productor y compositor Pablo Martin Jones (Madrid, 1980), hijo de un guitarrista flamenco y una bailaora de origen estadounidense afincados en España, y que le produjo el single 'Al mal tiempo' (2019). Con él, La Tremendita ha desembocado en un espacio musical cada vez más heterogéneo, libre de ataduras estilísticas y reglas arcaicas, donde estrechar la tradición desde la impureza, para dotarla de sonoridades, 'a priori' muy alejadas del flamenco tradicional.
'Tremenda' es el título de su próximo disco y de su nuevo espectáculo, que llega este fin de semana al Festival Internacional de Verano de El Escorial , con un concierto que tendrá lugar en el Real Coliseo Carlos III el domingo a las 20.30 horas . Con idea original y dirección de Rosario, el espectáculo también pondrá sobre el escenario a Pablo Martin Jones, Juanfe Pérez y David Sancho.
¿Cuándo saldrá su disco 'Tremenda'? Creo que va a ser algo... tremendo.
Va a ser un disco doble, con una primera parte con electrónica que saldrá en otoño, y otra segunda en primavera con diez guitarristas de lujo.
¿Ha estado alguna vez en El Escorial?
¡Pues no! Es la primera vez que voy a estar allí, así que procuraré tener un ratito libre para ver la ciudad, que tiene que ser muy bonita.
¿El verano ha ido razonablemente bien de conciertos?
Ha ido increíblemente bien, no hemos parado desde mayo. Y lo que nos queda. Estamos súper contentos porque no hemos tenido que cancelar nada.
Un caso prácticamente único.
Lo sé, lo sé. A pesar de todas las restricciones, mis conciertos han tenido suerte.
Le habrá servido para quitarse un poco de esa angustia que tienen los artistas.
Sí, ha sido una etapa difícil pero parece que empezamos a ver la luz. Subirse a un escenario es vital para mí, y me están permitiendo ser feliz. Está habiendo mucha valentía de promotores, instituciones y artistas, y gracias a esas ganas se está haciendo posible que la Cultura siga su rumbo.
Con las instituciones ha habido bastantes quejas desde el sector de la música.
Todo se andará. Yo en temas de política intento no entrar mucho. Esperamos que la gente que está en el Gobierno y el nuevo ministro de Cultura desarrollen propuestas para que los artistas podamos seguir trabajando.
Cuando empezó la pandemia tuvo que cancelar un concierto en Nueva York, nada menos. ¿Cuánto pensó que iba a durar esta locura?
La verdad es que pensé que iba a durar dos semanas, como todo el mundo. Era muy soñadora, casi me lo tomaba a broma. Pero cuando vi que añadían dos semanas más, y otras dos, y otras dos... dije 'ostras, esto va en serio'. El primer día que salí a las calles vacías pensé que era el apocalipsis, una película de terror. A mi abuela le tocó una guerra, y a mí una pandemia. Lo de Nueva York fue una pena, estábamos súper ilusionados, y fue lo primero que cayó.
Allí, además de tocar, iba a dar una charla sobre los derechos LGTBI. ¿Cómo ve los últimos acontecimientos con este tema?
Me parece una barbarie que se siga faltando el respeto a los derechos humanos. No hay ningún argumento que atente contra los derechos fundamentales o justifique que se invada el espacio de cualquier ser humano que elija ser como quiera ser.
En el flamenco no ha habido problemas con esto.
El flamenco es como la sociedad. Lo sorprendente es que haya problemas, no que no los haya. Pero tenemos que seguir luchando en esta dirección, para que la gente comprenda algo tan básico como que cada persona tiene derecho a ser como quiera ser.
En el flamenco casi se ataca más a los herejes del género que a los homosexuales.
A los puristas sólo les diría una palabra: respeto. Respeto hacia la música que quiera hacer cada uno. Al final se trata sólo de eso, hay gustos para todos.
¿Cómo fue su infancia musical? ¿Tuvo una época de rebeldía adolescente, de alejarse del flamenco que mamó en su familia?
La música que había en mi familia me fascinó desde pequeñita, y la tradición en casa siempre ha estado muy arraigada. Yo sigo estando unida a la tradición, y fue una fuente de inspiración para ser lo que soy. Jamás he renegado de eso.
¿Qué artistas no flamencos fueron cruciales en su crecimiento musical?
David Bowie, Patti Smith, Michael Jackson, Bill Evans, Erik Satie, Melody Gardot... muchísimos, de muchas épocas diferentes. Todo me enriquece.
¿Qué tal ha sido la reacción a su versión del 'Dime' de Lola Flores?
Yo, como casi todos los españoles, he crecido escuchando a Lola Flores. Para mí era fuerza, valentía, y me sentía identificada con todo eso. Era imposible versionar ese torbellino de energía de la misma manera, así que hice cambios a nivel de armonías, texturas y demás, para rendirle homenaje desde mi verdad. Estamos contentos con el resultado, pero opiniones hay de todos los tipos, como siempre.
¿Tiene algún proyecto especial, que siempre ha querido hacer, pero por lo que sea todavía no se ha atrevido?
Sí... pero no te lo puedo contar. Ya lo anunciaré. Mi equipo me llama la atención porque no acabo una cosa y ya estoy pensando en otra.
Si la califican de 'revolucionaria del flamenco', ¿se siente cómoda?
Me da un poco de vértigo. Yo hago lo que me gusta, lo que necesito hacer. Pero no tengo la lucidez de ver de manera objetiva si lo que hago es revolucionario o no.
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