Revolución en El Encinar de los Reyes: Un centenar de familias piden a Carmena «independizarse» de Madrid
Los vecinos quieren ser de Alcobendas por el mejor acceso a los servicios y la seguridad
Desde finales de los 50 hasta 1992 ir al Encinar de los Reyes era cruzar la frontera. Esta colonia al norte de la capital, donde se instalaron las 15.000 familias de los militares norteamericanos que ocupaban la base de Torrejón de Ardoz, tenía señales de tráfico, papeleras y carteles de parques públicos que trasladaban al visitante a Estados Unidos. Algo similar ocurre ahora, casi seis décadas después, pero entre dos municipios madrileños. Un tercio del suelo donde se asentaron estas viviendas pertenece al Ayuntamiento de Madrid ; y la superficie restante, al de Alcobendas . De acera a acera cambia radicalmente la situación. Ya no solo por el montante que los vecinos pagan de impuestos , sino también por los servicios y la calidad de éstos que reciben. Las circunstancias son tales, que cada vez son más las familias que quieren que esta zona se adhiera al municipio de Alcobendas.
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Cerca de 5.000 vecinos , que viven en la línea divisoria –a lo largo del Camino Viejo del Cura, que en el bordillo madrileño se llama calle del Mediodía–, sufren las incongruencias de pertenecer a este «área abandonada» del distrito Hortaleza . «Nuestro barrio parece el Lejano Oeste: el asfalto está agrietado, las alcantarillas bailan, la vegetación invade la acera, los parques infantiles están abandonados... Estamos en tierra de nadie», se queja Emilio López Van Dam, uno de los 120 miembros de las familias que piden la anexión a Alcobendas.
Tanto él como Isabel Laucirica se mudaron a esta barriada hace dos décadas, cuando «no había ni cobertura móvil ni abastecimiento de gas». «Para contribuir con los impuestos estamos los primeros, pero para disfrutar de los servicios públicos somos los últimos», se lamenta Laucirica. Según sus cálculos, si pertenecieran a Alcobendas se ahorrarían unos 1.500 euros al año, ya que las cuantías del impuesto de circulación de vehículos y el IBI son menores en la localidad vecina.
Lectura de matrículas
La seguridad es otro de los temas que más les preocupa. Se quejan de que la presencia policial es nula. Los vecinos pagan 180 euros al mes por tener vigilancia privada . Pero ni con esas es suficiente: «El jueves pasado me robaron el reloj en la puerta de mi casa, cuando salía del coche. La Policía tardó 45 minutos en llegar desde Hortaleza, cuando la comisaría de Alcobendas está a 10 minutos», relata Germán, aún con el susto en el cuerpo. Javier Fernández, el vigilante privado, asegura que apenas pasan patrullas de la Policía Municipal por la zona. «En Alcobendas no roban con tanta impunidad porque tienen unos lectores de matrículas , pero los ladrones saben que aquí no hay», explica.
Sus reivindicaciones no son nuevas. En 2010, el regidor de Alcobendas, Ignacio García Vinuesa , comenzó a tratar el tema en profundidad con Alberto Ruiz-Gallardón , entonces alcalde de la capital. «Encargamos un sondeo y una mayoría abrumadora del barrio madrileño quería anexionarse a nuestro municipio», relata a ABC el regidor de Alcobendas. «No hay dotaciones públicas de ningún tipo. Las diferencias son notables», añade. Ana Botella , tampoco remató la modificación y el asunto se quedó atascado en los despachos de los técnicos hasta que hace seis meses Vinuesa volvió a poner el tema del cambio de lindes encima de la mesa de Manuela Carmena. La regidora aseguró que se trataba de una «situación absurda» a la que había que «buscar una salida».
Permuta de terrenos
La propuesta de Vinuesa consistía en que la línea divisoria entre Madrid y Alcobendas la marcara la M-40 y su cruce de la carretera de Fuencarral, hasta su conexión con la R2. Si esta modificación saliera adelante, pasarían a ser del término municipal de Alcobendas, la solana de Valdebebas, el Campo de Golf II del Club de La Moraleja, el Encinar-Madrid y la ciudad de Telefónica.
A cambio, Alcobendas ofrecería como compensación los terrenos colindantes al aeropuerto de Barajas . En concreto, las pistas de la T-4, ya que el 80 por ciento son alcobendenses. En este sentido, parece lógico que para la mejor administración de Madrid, éste quiera tener un mayor control de sus suelos en el aeropuerto y así poder trazar las futuras ampliaciones del aeropuerto con más libertad. La liquidación última de IBI del Ayuntamiento de Alcobendas supera los 3,5 millones de euros. Evidentemente, si este acuerdo saliera, se trataría de compensar suelo e ingresos, además de equilibrar balanzas fiscales.