Una reforma de 700.000 euros para borrar el refugio de los sintecho del parque de la Chimenea
El Ayuntamiento remodelará la zona con nuevas áreas recreativas, mejoras en la accesibilidad y una valla perimetral
El parque está vacío, quieto, como el agua estancada de la que brota la gruesa chimenea de ladrillo que le da nombre. El óxido come un cartel en el que apenas se lee «zona infantil». Junto a los columpios, donde la hierba crece salvaje, un plástico protege el banco con las pertenencias de un sintecho. En la otra punta, un pequeño campamento con tienda, mantas y carritos de la compra es el hogar de otro. Entre las placitas, una perra canela corre detrás de la pelota que ha lanzado su dueña. «Es la primera vez que vengo, me gusta porque no hay nadie y puedo jugar con mi perra», dice Micaela. Pero el ambiente desangelado del parque de la Chimenea (o del Gasómetro o Jardín del Rastro) tiene los días contados.
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Esta porción verde en el distrito de Arganzuela, que conserva una de las salidas de humo de la decimonónica Fábrica de Gas de Madrid ahora cercada por grafitis, cambiará en seis meses. Según ha podido saber ABC, el Ayuntamiento invertirá 694.120,23 euros en la reforma integral del parque , una vieja demanda de los vecinos que apenas frecuentan un espacio convertido desde hace años en refugio habitual de personas sin hogar. El lavado de cara, a cargo del Área de Medio Ambiente y Movilidad que dirige Borja Carabante (PP), creará nuevas áreas infantiles, deportivas, caninas y estanciales para revitalizar estos 8.951 metros cuadrados del barrio de Acacias.
Mientras los vecinos no lo usan, sus moradores ensucian. A finales del año pasado, una plaga de ratas negras , trepadoras y de hasta 30 centímetros de largo, invadió la maleza. Fue entonces cuando la asociación vecinal Pasillo Verde Imperial interpuso una denuncia ante la Junta Municipal del Distrito, «y es por eso por lo que se empezaron a mover», asevera por teléfono la presidenta de la asociación, Maite Gómez. Gómez es vecina del parque desde 1997 y recuerda la época en que los únicos visitantes eran los vendedores (y compradores) del Rastro, a espaldas de la chimenea. «Pero llegó la crisis económica, que ha hecho que ahí viva mucho sintecho», explica.
Mohamed, un marroquí de 22 años, descansaba este jueves al mediodía en un banco. Vive en Lavapiés, a unos diez minutos a pie, pero se reúne con sus amigos en el parque de la Chimenea, donde pueden beber y fumar sobre la plaza desierta . «Aquí hay mucha tranquilidad, los sintecho tampoco molestan, no hay ningún problema», asevera. Unos metros más allá, un trío de marroquíes charla cerca de la chabola improvisada. «A mí no me importa que lo reformen», dice uno. «Claro, porque tú tienes dónde dormir», replica el más joven, «cuando tengo problemas con la familia, vengo a dormir aquí, con mi amigo».
Brecha en el vecindario
María García tiene 62 años y atraviesa el parque a diario. También su prolongación, en una zona interbloque, donde el Ayuntamiento ya instaló el pasado octubre unas altas vallas , después de que un vecino recabara 200 firmas para frenar el ruido de las pandillas de jóvenes que se congregaban de noche alrededor de la fuente rota. «Lo llamamos el parque enjaulado porque parece Guantánamo», critica García, «se gastaron 206.000 euros en las vallas y en cambiar el pavimento, y no en cosas que sí hacen falta, como arreglar los columpios de los niños, el sistema de drenaje de una praderita donde ya se murió un cedro, las escaleras de acceso rotas, la barandilla que falta desde hace cuatro años...».
El método para restaurar el jardín ha abierto una brecha en el vecindario. «Queríamos ver el proyecto para que no fuera en la misma línea [que la prolongación]», señala Gómez, cuya asociación presentará la próxima semana otras 270 firmas para reclamar la retirada de esas primeras vallas. Sin embargo, el plan del Área de Medio Ambiente y Movilidad ya está en marcha, con un perímetro de metal que cerrará el parque en horario nocturno . Aunque las rejas no convencen a todos, la reforma contempla mejoras en la accesibilidad, máquinas de gimnasia para los mayores y alumbrado eficiente. Los vecinos podrán juzgar en septiembre la nueva imagen del parque en torno a la chimenea.