Violencia de Género
Prisión comunicada y sin fianza para el hombre que degolló a su mujer y tuvo 24 horas el cadáver en casa
Ambos eran alcohólicos y se peleaban con frecuencia. Nadie se extrañó de los gritos de auxilio de la víctima la madrugada del lunes
La magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Getafe (Madrid) ha acordado la prisión provisional comunicada y sin fianza para el hombre de 71 años que el pasado miércoles confesó que había matado a su pareja, de 63 años, en su domicilio. El crimen lo cometió la madrugada del martes.
Al detenido se le imputa inicialmente la supuesta comisión de un delito de asesinato , como ha solicitado la Fiscalía, sin perjuicio de que, según se practiquen más diligencias de investigación, esta atribución penal provisional pueda ser modificada, según un comunicado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM).
El arrestado, que ya ha sido conducido a la prisión de Valdemoro (Madrid), reconoció durante su comparecencia judicial, al igual que ya sucediera en su declaración en comisaría, que era el autor del crimen de su mujer, de 63 años, que fue hallada muerta degollada y con golpes en la cabeza en el domicilio que ambos compartían en la calle Oeste de Getafe.
En el marco de estas diligencias previas y con el fin de acortar los tiempos de respuesta judicial, la magistrada ha tomado declaración, también en el transcurso del día de hoy, a dos testigos.
Se triplican los crímenes machistas
Se trata de la primera víctima mortal por violencia de género que se produce este mes agosto, la número 33 en lo que va de año y la octava en la Comunidad de Madrid , que casi triplica la cifra respecto a 2016, cuando se registraron 3.
Fuentes policiales indicaron que el agresor, de quien no consta que tuviese una orden de alejamiento, tenía dos antecedentes por malos tratos en 2011 y 2012 y fue denunciado por su mujer, si bien ésta retiró la denuncia en 2012 durante el proceso judicial que se le abrió.
Además, según el Ayuntamiento, a la víctima se le ofrecieron los servicios de una trabajadora social pero ésta finalmente no acudió a la cita.
Ambos eran alcohólicos . Él parecía un indigente y ella comía en la calle frente a su casa y en el Metro. Salía a primera hora de la tarde cargada de bolsas y regresaba a la una o las dos de la madrugada con ellas. Algunos decían que la víctima había ejercido la prostitución. Se peleaban con frecuencia, por ello, nadie se extrañó de los gritos de socorro de la mujer en la última disputa, la madrugda del martes.
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