Los primeros vecinos del edificio de Vallecas volverán a sus casas a final de mes

A partir del día 15, tendrán que vaciar sus pisos para comenzar el derribo parcial los que viven en las plantas más afectadas

Lateral destrozado de la planta 13 de la vivienda que saltó por los aires en Pablo Neruda ISABEL PERMUY | Vídeo: Los técnicos tendrán que demoler la planta de la explosión de gas de Vallecas ATLAS

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En unas tres semanas, aproximadamente , podrán regresar a sus hogares la mayoría de las 82 familias que se quedaron en la calle por la explosión de gas que se produjo el viernes en uno de los pisos de la última planta de un edificio de trece alturas, situado en el número 17 de la avenida de Pablo Neruda (Puente de Vallecas). No ocurrirá lo mismo con las que habitan en las últimas, las más afectadas, que tendrán que estar fuera hasta que los trabajos de demolición y reconstrucción estén concluidos . Eso sucederá en el plazo de un año o año y medio.

Reunión de afectados, ayer, con responsables del Ayuntamiento en la Junta Municipal I.Permuy

Estos residentes, a partir del próximo lunes, podrán acceder de manera controlada a sus viviendas para vaciarlas y recoger sus pertenencias con el fin de proceder a la demolición o rehabilitación, tras el estudio previo y pormenorizado de cada una de ellas. Y si lo desean podrán guardar sus muebles u objetos en el Almacén de la Villa. Así lo indicó anoche Francisco Pérez, concejal presidente de la Junta Municipal, según explicó él mismo y los portavoces de los damnificados.

La tensión estalló ayer entre los más perjudicados, que estarán, al menos, un año fuera sin saber dónde vivirán y quien pagará los gastos

La s ede municipal fue el escenario de una reunión entre los residentes de la finca siniestrada y la contigua. Al encuentro, celebrado en un salón de plenos en el que no cabía ni un alfiler, asistió también Marta Higueras , primera teniente de alcalde y responsable de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, entre otros responsables.

Aunque la explosión ocasionó daños , sobre todo, a las plantas 13 (origen de la deflagración) y 12; la 11 se utilizará para fijar la estructura que sirva de apoyo a los pisos más elevados y almacenar materiales y demás. Parte de la última planta tendrá que ser demolida y se tiene que determinar qué sucederá con la inferior.

Hoy podrán entrar , como hicieron ya la tarde del viernes, a recoger ropa , medicinas, papeles, etc., todos los inquilinos salvo los de los dos últimos pisos de 10 a 13 horas. Y los del 11 solo los que residan en las letras C, D, E, F- La A y la B están destrozadas. Pérez, explicó que había daños «irreversibles» en varias viviendas de la planta 13 y se tenía que comprobar el estado de las dos inferiores.

Respecto a los que regresen a sus hogares a final de mes, una vez colocado los apeos y se compruebe que la seguridad está garantizada, el concejal recalcó que las condiciones de habitabilidad no serán las deseadas . Así, explicó que los ascensores tardarán tres meses en ser arreglados y los vecinos soportarán ruidos, vibraciones y otras molestias por el derribo.

Perjuicios y pólizas

Pérez hizo hincapié en que la reparación de los daños estructurales « serán con cargo a las pólizas de los seguros de cada comunidad si bien los podrá ejecutar el ayuntamiento si las compañías no pueden realizarlos con urgencia». En cuanto al coste del alojamiento , precisó: «Algunas alternativas habitacionales las costearán las aseguradoras y de las demás se encargará el Samur Social».

Este extremo y el pago de los daños materiales son las cuestiones que más preocupan a los vecinos más perjudicados. En algunos momentos de la reunión se desató el nerviosismo y estalló la tensión. «¿Van a sepultar mis muebles también?» «Yo no tengo seguro, ¿cómo voy a afrontar esos pagos?», recalcaban varios afectados. « Yo no quiero ir a un albergue y que me separen de los míos. Además de burro, 'apaleao '», decía otro. Para apaciguar los ánimos hoy el Samur Social se reunirá con los administradores de las fincas para ver las pólizas y ultimar el alojamiento.

«Las compañías se lavan las manos . La mía me ha dicho que solo tenemos asegurado el continente no el contenido y que si necesito ir a un hotel, solo tengo derecho a dos noches; otros, ni eso», indicaba Manuela Arroyo. La mayoría, salvo dos familias están en casa de parientes. « Pero, ¿y los que tienen para un año? ¿Quién paga eso?» , se interrogaban. La incertidumbre reinaba: «Yo soy de los que regresaré pronto. Veremos a ver», subrayaba Emilio Marina.

Otros damnificados son los locales comerciales de las calles de San Claudio y Antonio Mairena, obligados a cerrar cinco meses para instalar un andamio.

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