La «Primera Movida»: Ánonimos de una generación
El Círculo de Bellas Artes recoge una exposición del fotógrafo Miguel Trillo en la que inmortaliza con su mirada a personajes desconocidos de las tribus urbanas madrileñas de los años 80 en sus pioneros fanzines
En los primeros años de la Transición, surgió en la capital un movimiento inesperado, contracultural y social que reclamaba a gritos vientos frescos, de renovación. Se respiraba ansias de libertad en pleno desembarco de la democracia. La Movida madrileña de los años ochenta fue una época de gozo juvenil, explosión artística y esparcimiento repleto de excesos, que tuvo en la cámara de Miguel Trillo una mirada gamberra que inmortalizó la escena musical y revolucionaria del momento.
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A través de los fanzines, una suerte de álbumes donde realizaba sus propios «collages», fotos por aquí, textos por allá, el fotógrafo gaditano retrató a aquella juventud rompedora que exigía libertad en un periodo de reivindicación urbana . «Nosotros pertenecimos a una generación que no quería salir de Madrid para hacer fotos, sino quedarse para hacerlas dentro», dice. Aquellos fanzines que realizó en los ochenta, «Rockocó» (1980-1984), «Callejones y avenidas» (1985-1987) y «Madrid, las calles del ritmo» (1988), forman parte de la muestra que se incluye en «La Primera Movida», una exposición de Miguel Trillo con las ediciones originales procedentes del Archivo Lafuente, que permanecerá en el Círculo de Bellas Artes hasta el 25 de octubre .
La moda como protagonista
El autor gaditano ha documentado la evolución de aquella juventud y de las tribus urbanas alumbradas con vehemencia durante la Movida. A través de su mirada, enamorada de la moda , Trillo fue un testigo privilegiado del desfile de mods, punks, modernos, siniestros, rockeros, heavies, «teddy boys» o amantes del «techno», que ahora ahora reinan en la exposición de PhotoEspaña . Aquellas obras, confeccionadas a mano, eran fotocopiadas para posteriormente repartirlas en las salas de conciertos, las tiendas de discos y El Rastro madrileño.
El fotógrafo hizo de los personajes anónimos de la época su disparo predilecto , convirtiendo sus fanzines en un trozo de la historia en blanco y negro, inmortalizando a los protagonistas de toda una generación que llenaban la animada noche madrileña.
El Instagram de la época
En las imágenes expuestas se puede apreciar a jóvenes que acudían en masa, melenas al viento, a salas míticas como el Rockola y otros recintos legendarios en la madrugada de la capital. En las fotografías también figuran algunos grupos icónicos como el retrato de Alaska y los Pegamoides al completo o los estadounidenses Stray Cats.
Cuando Trillo, que se mudó joven a la capital, fabricó las ediciones de fanzines, no se consideraba todavía un fotógrafo profesional , pero sí le gobernaba una necesidad de expresión artística. «Es como si hoy hicieras fotos con el móvil, pero no pudieras compartirlo en Instagram», explicó durante la presentación de «La primera movida». Tal es la relevancia de su primera obra, «Rockocó», que está instalada en la colección permanente del Museo Reina Sofía.