Primer día de multas del Madrid Central de Almeida: «No lo sabía, pero voy a un parking igual»
Después de meses en el limbo y culminada la fase de preaviso, las cámaras de la zona de bajas emisiones del centro de la capital vuelven a sancionar
En la entrada de asfalto a la arteria principal de Madrid, ante una fila de semáforos, se detiene un coche plateado, esperando al color verde con todos los asientos ocupados. Acaba de dejar atrás, apenas una decena de metros, otra farola metálica, pero con una hilera de cámaras que controla el paso de los vehículos. Hacía pocas horas que volvían a estar operativas y a la caza de infractores: este domingo arrancaron las multas del Madrid Central de José Luis Martínez-Almeida . «¿Que si me parece bien? ¿La cochefobia?», resopla la conductora, señala la acreditación con el muñeco azul y blanco de movilidad reducida y acelera para adentrarse en la Gran Vía.
Después de meses apagadas y ocho semanas en fase de preaviso, en las que solo expedían notificaciones informativas, las guardianas de la zona de bajas emisiones del centro de la capital vuelven a estar operativas. La puesta en marcha se produjo apenas dos días después de que el Ayuntamiento informara de las consecuencias de la anterior normativa, la medida estrella del mandato de la exalcaldesa Manuela Carmena que terminó anulada en los tribunales por defectos de forma, sin memoria de impacto económico ni el obligado periodo de información pública.
Durante cinco meses, mientras el Gobierno del Palacio de Cibeles diseñaba contra reloj una nueva ordenanza para resolver el embrollo jurídico, las cámaras de Madrid Central seguían activas. Fue el PP quien inició el proceso contencioso administrativo en 2018, alegando que el coste de la medida ponía en riesgo la estabilidad financiera del Ayuntamiento. Ahora las arcas municipales tendrán que devolver 43 millones de euros por las 478.909 multas paralizadas desde que el Tribunal Supremo tumbase, en mayo, el blindaje medioambiental del corazón de la ciudad.
El mismo perímetro
El sol dominical bañaba ayer Cibeles y las marquesinas a sus costados. En una de ellas, a la espera del 27, se sentaban Luisa y Toñi, cerca de la señalética que marca la frontera del nuevo Distrito Centro . «Sí, sí, sabíamos que empezaban hoy las multas, pero a nosotras no nos afecta. ¿Crees que conducimos?», bromearon las septuagenarias. El hermano de Luisa, sin embargo, acostumbra a acercarla a su casa en el paseo de las Delicias, junto a otro de los puntos vetados. «Tiene un Jaguar y, claro, no puede pasar. Tendrá que venderlo, digo yo», comenta Luisa. Y comparte su opinión: «Me parece bien Madrid Central, aunque con un pero: el transporte público madrileño. Si no dejas ir en coche tienes que poner un buen transporte público, no puedes estar 35 minutos esperando al autobús».
En cualquier caso, las reglas del juego apenas han variado. Mejor para Alberto y Jennifer, que este domingo detenían en la entrada de Gran Vía su coche blanco impoluto. «Pues no lo sabíamos, pero vamos a un parking igualmente», reconocieron, con la letra B en el parabrisas. El ‘Madrid Central’ de Martínez-Almeida no difiere mucho de su predecesor. El perímetro es el mismo y los carteles, aunque con nuevos rótulos y el logo de Madrid 360 —la estrategia medioambiental del Ejecutivo bicéfalo de PP y Cs—, avisan en los mismos accesos. Las restricciones vetan a los vehículos A , los más contaminantes y sin etiqueta, diésel matriculados antes de 2006 y gasolina previos al 2000.
Los coches B y C pueden entrar en Distrito Centro siempre que estacionen en aparcamientos interiores y la superficie, como hace meses, está reservada a residentes y vehículos con distintivo ECO o cero emisiones. La principal novedad atañe a los 15.000 comerciantes del centro. El Consistorio tendrá a punto, el próximo 22 de diciembre, la base de datos que permitirá el acceso de todas sus matrículas.
Una vez superado el periodo de adaptación, entrar sin permiso en Distrito Centro constituye de nuevo una infracción leve de tráfico y los incumplidores deberán pagar los 90 euros de multa . Después de meses de limbo legal, Madrid Central ha vuelto a la ciudad.
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