Primer día de una EvAU sin precedentes en Madrid: «La mascarilla afecta a mi concentración»
Más de 41.000 estudiantes se examinarán esta semana en las aulas, con una ocupación del 33 por ciento y bajo medidas de seguridad
Minutos antes de entrar al examen decisivo , una joven estalla: «¡Chavales, último día de nuestra vida que estudiamos Lengua!». Hay varios vítores entre su grupo de amigos, que aguardan a las puertas de la Facultad de Física de la Universidad Complutese a que comience la EvAU (Evaluación de Acceso a la Universidad). Son las nueve de la mañana y la mayoría de los congregados charla para espantar los nervios, con mascarilla y pocos apuntes en las manos. «Lengua me da miedo, pero paso de repasar», declara Carmen; ella, Melodi y Ana, compañeras en un colegio de Las Rozas , reconocen estar «un poco nerviosas».
Se hace el silencio, mientras un hombre espeta por altavoz las instrucciones para el acceso a esta EvAU insólita , que por primera vez se prolonga durante cuatro días, en lugar de tres. Hoy es el turno de las asignaturas troncales de los estudiantes de Ciencias (Lengua, Historia e Inglés o Francés); mañana, los de Letras. El altavoz cesa y el barullo regresa. La riada de e studiantes se introduce en el edificio siguiendo las indicaciones del personal. «¡Haced una fila! ¡Poned las manos para el gel !», gritan los vigilantes. La distancia de seguridad de un metro estipulada por la Comisión Organizadora de la EvAU no se cumple, pero todos se protegen con mascarilla. «Vienen concienciados, solo he dado una mascarilla , porque a uno se le ha roto», asegura Antonio Paz, técnico de laboratorio. «Estamos todos (profesores, administrativos...) ayudando, no sabíamos cómo iba a ser este mogollón», explica.
Una vez superado el primer acceso, cada estudiante, que luce una pulsera de un color (azul, rojo, verde o amarillo), debe seguir el recorrido asignado e indicado con señalizaciones en el suelo. «Ha habido bastante aglomeración », señala, sentada en el aula magna principal de la facultad, Sandra Urbano, que espera poder entrar en Ingeniería Informática o Aeroespacial . «Es complicado, no puedes evitar que nos juntemos», añade, en la última fila, Gabriela Sánchez.
Atravesar la puerta principal era la parte más complicada; ya en el aula, donde la ocupación se ha limitado al 33 por ciento , los estudiantes están separados por varios asientos. «Es importante que os sentéis siempre en el mismo sitio . Los que vengan mañana se sentarán en los que están libres hoy», les recuerda uno de los organizadores. Las medidas de seguridad impuestas por la pandemia frustran la calma de algunos. «La mascarilla es incómoda, afecta a la concentración », dice Sánchez, a la caza de buenos resultados para entrar en Medicina.
Las mesas se despejan; sobre ellas descansan documentos identificativos y bolígrafo s . «¡Por favor, guarden silencio!», exclama uno de los supervisores, mientras otro pronuncia los nombres de cada uno de los presentes para confirmar su identidad. Un proceso que en la pasada edición se realizaba en la puerta del aula y que este año se alarga más de lo habitual. Unos minutos antes de que el reloj marque las 9.30 horas, se cierran las puertas.
Una prueba «fácil»
«Esperaba un comentario de texto sobre el coronavirus y ha caído uno sobre si estás a favor o en contra de la telebasura», cuenta Sofía Salafranca, una de las primeras en salir del examen, una hora y media después. Es la misma joven que celebraba por la mañana que jamás tendría que tocar un libro de literatura. El resto de estudiantes se apresuran a salir por el camino previamente marcado. Si bien la comisión especificó que no pueden reunirse para comentar las preguntas , es inevitable, y los que tienen la prueba de Historia, al mediodía, comparten impresiones al son de las cigarras y bajo un sol abrasador.
«Me ha salido perfecto», reconoce Óscar García sobre el examen de Lengua que, sin embargo, está «muy nervioso» por la segunda prueba. Ambas materias son las que más preocupan a los estudiantes, pero en esta EvAU gozan de cierta ventaja por el modelo mixto . «Sí que es más fácil, en Historia te puedes quitar cuatro bloques, que son 150 páginas», asegura García.
Hasta mediados de mayo, la celebración de la EvAU de forma presencial estaba en el aire . Sin embargo, aunque el Covid-19 paralizó la actividad lectiva, este año se presentan más de 41.000 estudiantes madrileños a la EvAU, un 22 por ciento más que el año pasado. En los edificios de la Complutense, la mayor de las seis universidades públicas de la región, se examinarán 13.883 alumnos, un 20,19 por ciento más que en 2019. «Los estudiantes han tenido mejores resultados y al ser más asequible se habrán animado más», afirma la vicerrectora de Estudiantes de la Complutense y presidenta de la Comisión Organizadora, Rosa de la Fuente.
No es una sorpresa. Las circunstancias excepcionales desatadas por la crisis sanitaria , que obligó a realizar los exámenes de Bachillerato de forma online , ha beneficiado las notas de los alumnos. Y esta selectividad es más sencilla que en ediciones anteriores; hay dos bloques, A y B, y los alumnos pueden mezclar las preguntas de ambos modelos en lugar de optar por uno solo. «En ese sentido sí que es más fácil, pero en la preparación no hemos tenido ese respaldo de los profesores », comenta la joven Sánchez. «Nos lo hemos tenido que preparar por nuestra cuenta», coincide Urbano.
«El criterio fundamental era la equidad. Los estudiantes han sufrido un proceso muy complicado en los últimos meses, l os exámenes compensan esas situaciones excepcionales . Entre todos tendrán mejores resultados y habrán hecho una prueba inclusiva que era uno de los objetivos», zanja De la Fuente.
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