SOS por la presa de Ontígola

Unanimidad política para que la gran obra hidráulica de Felipe II revierta a Patrimonio del Estado y sea recuperada

Restos de la antigua presa de Ontígola, que data del siglo XVI ABC

Sara Medialdea

Madrid conserva aún una presa del Renacimiento, construida en el siglo XVI por orden de Felipe II , y en un estado de deterioro evidente que hace temer por su futuro. Es la presa del Mar de Ontígola, en Aranjuez, una auténtica joya de la ingeniería hidráulica. Un desencuentro administrativo y político la ha mantenido hasta ahora en tierra de nadie , pero los últimos pasos dados al respecto alientan cierta esperanza: todos los grupos políticos de la Asamblea de Madrid han aprobado por unanimidad una proposición para instar a Patrimonio del Estado a que asuma la propiedad de la presa –cedida tiempo atrás al Ayuntamiento de Aranjuez– y que haya una actuación de conservación de esa infraestructura histórica.

Los Austrias pensaron en convertir la vega de Aranjuez en una finca de recreo que incluyera un palacio en la ribera del río y una red de bosques, huertas y jardines . Un «mundo verde» en este lugar que Felipe II se empeñó en convertir en realidad. Y eso que algunos de sus maestros de obras, como Covarrubias y Luis y Gaspar de Vega, tío y sobrino, no fueron capaces de controlar las avenidas de agua y las crecidas, que inundaban jardines y huertas.

Finalmente, la presa se construyó entre 1560 y 1572, de la mano de Juan Bautista de Toledo y bajo el consejo de especialistas holandeses en diques como el maestro Pieter Jasen. Que, por cierto, se reía de la intención de Juan Bautista de colocar contrafuertes asegurando que «sobraba de la manera que iba y era un gasto superfluo». Grietas y derrumbes en 1565 obligó a a un segundo diseño de la presa, esta vez sí, con los contrafuertes. Jerónimo Gili primero y Juan de Herrera después tuvieron que hacer frente a nuevos retos técnicos para finalizar la obra.

Cesión

Hasta aquí, la Historia con mayúsculas. Ahora comienza otra, más menuda pero absolutamente fundamental para el mantenimiento de la infraestructura. En 1996, Patrimonio del Estado cede la presa al Ayuntamiento de Aranjuez para que lo utilizase para «actividades deportivas y para complementar el suministro de agua para riego de parques públicos y jardines de la localidad». En 2011, María José Martínez (PP) se convierte en alcaldesa de la localidad, y se encuentra la presa en muy mal estado: un informe de la subdirección general de Patrimonio indica que tiene un nivel alto de riesgo. Se hace necesaria una intervención para repararlo, presupuestada en 30 millones de euros. «Una cantidad inviable para este ayuntamiento, que tiene un presupuesto anual de entre 48 y 49 millones» , explica a ABC Martínez, que hoy vuelve a ser la alcaldesa ribereña.

Ella solicitó, en 2012, la reversión del bien a Patrimonio, dado que «el fin para el que se cedió la presa no se ha cumplido». Y, como señalaba la escritura de cesión, si no se destinaba al uso previsto «se considerará resuelta la cesión».

La mejora «milagrosa»

Las elecciones de 2015 sacaron al PPde la Alcaldía; cuando María José Martínez volvió a ocupar el puesto en 2019, no se había producido respuesta del Estado ni prácticamente movimiento alguno en torno a este asunto. Lo único que había variado era la consideración del estado de la presa , que cambió a un grado de peligrosidad «medio». «Al parecer, se operó la mejoría sin ningún tipo de intervención», ironiza la alcaldesa.

Esta fue requerida por el Defensor del Pueblo sobre el estado de la presa. Esta institución fue informada de los pasos seguidos y de la propuesta, aprobada por unanimidad en el pleno municipal de 28 de octubre pasado, de que el Estado revierta la cesión. En esa misma línea, esta semana, a iniciativa del diputado del PP Pedro Corral , se ha aprobado una proposición no de ley instando a esta reversión y a la reparación de la presa. La alcaldesa incluso planteará en breve un contencioso-administrativo si no obtiene respuesta de Patrimonio.

«El jardín en que se convierte Aranjuez es idea de Felipe II; sin esta red de infraestructuras hidráulicas, la ciudad no sería hoy Patrimonio de la Humanidad en la categoría de paisaje cultural», recuerda María José Martínez.

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