El PP, tras el frenazo a sus rebajas fiscales: «Cs debe reflexionar»

El Ejecutivo de coalición, dañado por la diferencia de criterios entre socios

La presidenta Isabel Díaz Ayuso, con su vicvepresidente Ignacio Aguado a un lado (dcha) y el delegado del Gobierno José Manuel Franco en el otro (izqda) EP

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Colgados de la brocha. Así se sintieron en el PP cuando vieron cómo el enfrentamiento entre Cs y Vox dejaba en la cuneta su primer proyecto de ley, y uno de los que marcan el ADN del partido: las rebajas fiscales. Ayer, 24 horas después del gran fiasco, responsables populares pedían a sus socios de Ciudadanos «reflexionar sobre lo que ha pasado».

El portavoz del grupo parlamentario popular, Alfonso Serrano , le recordaba a la formación naranja que tenía la «responsabilidad» de llegar a acuerdos con Vox porque, «si estamos aquí, en el Gobierno, no es por el apoyo o por la abstención responsable de la izquierda», les decía. Además, también les llamaba la atención sobre otro hecho: «¿Con quién vamos abajar impuestos en la Comunidad, con Podemos? ¿Con quién vamos a hacer reformas educativas , con el partido que presenta la Ley Celaá?».

Claro que también tenía reproches para Vox, aliado en la investidura y desde entonces situado en muchas ocasiones en oposición al Gobierno: «No puede ser que cierre el paso a una rebaja fiscal». En su resumen, «tenemos la obligación de conseguir que la unidad de agosto se mantenga».

En la cúpula de la formación naranja negaban que el traspiés del jueves con la ley de rebajas fiscales supusiera debilitar el Gobierno de coalición o desautorizar a la presidenta Ayuso: por el contrario, veían al Ejecutivo «más fuerte que nunca» porque «hicimos los deberes, llevamos la ley a la Asamblea y, si los grupos no la votaron, ellos tendrán que explicarlo». Desde su punto de vista, Cs con su actitud puso freno a las ansias de Vox de «introducir, vía recortes, sus cosas».

El portavoz de Cs, César Zafra , no dudó en tender la mano al PSOE para llegar a «acuerdos» futuros.

«Infiltrado»

Vox justificaba su postura: presentó la enmienda a la ley porque tenía que asegurarse que hubiera tanto recorte de gasto como ingresos iban a dejar de producirse, para no desequilibrar las cuentas. Aseguró que su única intención era siempre dar «estabilidad». Eso sí, Rocío Monasterio acusó a Aguado de ser «un infiltrado de Pedro Sánchez» y pidió a Ayuso que «lidere y consiga que todo su equipo funcione a una sola voz».

Desde los partidos de izquierda, observan y esperan. Lorena Morales (PSOE) destacaba las «contradicciones» y la «inestabilidad» y recordaba que los presupuestos serán «muy difíciles de hacer porque» los partidos del Ejecutivo «tienen agendas y prioridades diferentes». Más Madrid hablaba de una «crisis política importante» y Unidas Podemos hablaba de un «gobierno fallido».

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