«Policía: hay un hombre que lleva mucho tiempo vigilándonos»
Cae un exhibicionista que abusó de dos hermanas menores, que alertaron a la Policía por ‘e-mail’
El suceso que tiene como víctimas a dos hermanas menores de edad es digno del guion de una película. Ellas mismas, pese a su corta edad, hartas del acoso al que les sometía un vecino del barrio, se pusieron en contacto con la Policía por correo electrónico y denunciaron el calvario que llevaban mucho tiempo sufriendo. Hasta el punto de que los investigadores, prácticamente en el acto, detuvieron al sospechoso .
Se trata de dos menores de 16 y 8 años, de origen chino, que viven en Villaverde. Llevaban al menos dos años aguantando que un tipo las vigilara e incluso las sometiera a tocamientos sin poder hacer nada contra ello. Ni siquiera se lo habían comunicado a sus padres, probablemente por vergüenza o miedo a las represalias que pudiera tomar el sujeto contra ellas o su familia.
Pero llegó un momento en que la gota colmó el vaso. Las chiquillas incluso llegaron a pensar en el suicidio, de tanto infierno por el que estaban pasando, precisan a este periódico fuentes policiales.
Con antecedentes similares
Finalmente, optaron por meterse en internet y buscar una forma discreta con la que poner en conocimiento los hechos. Y dieron con una dirección de ‘e-mail’ de contacto con la Policía, pero que no era expresamente para estos fines.
Inmediatamente, lo relatado se puso en conocimiento de la comisaría de Usera-Villaverde, lugar donde residen las víctimas y su presunto abusador, que además es exhibicionista. El 23 de julio, los agentes detuvieron al sospechoso, un hombre de origen colombiano pero nacionalizado español, de 63 años. Le constan antecedentes, en 2015 y 2019, por hechos similares: acoso sexual, exhibicionismo y resistencia. Reside muy cerca de las crías y el juez le ha dejado en libertad con cargos, con una orden de alejamiento sobre sus víctimas como única medida cautelar. Las niñas han sido sometidas a una exploración por parte de psicólogos y sanitarios.
En este tipo de delitos con menores de por medio se suele utilizar la figura judicial de la prueba preconstituida: se toma declaración a las víctimas una sola vez, con especialistas, fiscal y juez presentes, que luego es utilizada en la fase de juicio oral, para evitar someterlas a revivir unos hechos tan traumáticos. «Estaban desesperadas» , informan fuentes de la investigación.
Relataron que «el hombre les vigilaba y les tocaba en la calle» desde hacía un par de años, cuando se lo encontraban en la calle. Lo que parece claro es que más bien las buscaba.
El caso del Manzanares
No es el único caso de exhibicionismo en los últimos meses en Madrid. Hasta cuatro actos contra mujeres se han producido en la zona que une la estación de Príncipe Pío, el paseo de Príncipe Pío y la zona más próxima a la entrada de la Casa de Campo.
Según adelantó ABC, se trata de un varón de mediana edad que seguía a las mujeres hasta un lugar apartado. Allí las acechaba y se masturbaba. La primera víctima fue una vecina de la Colonia del Manzanares que vio al sujeto tocándose el pene cuando ella entraba en el portal. Ella comenzó a gritar desesperada y el sospechoso huyó a la carrera. En su persecución llegó incluso a toparse con una pareja de agentes, que intentaron detenerle tras escuchar su relato. La víctima cree que el sujeto, delgado y con el pelo negro, la siguió desde lejos sin caer en la cuenta de sus oscuras intenciones.
Estos delincuentes suelen actuar de manera muy compulsiva . Por eso no extraña que al día siguiente hiciera lo mismo al menos en otra ocasión con dos mujeres que transitaban por la ribera del Manzanares. Fue descubierto masturbándose mientras caminaba detrás de ellas. Su altura, inferior al 1,70, coincide con el caso anterior.
Conocido fue el caso del exhibicionista de Carabanchel. La Policía Nacional recibió una denuncia con varios vídeos que mostraban cómo el sujeto se dedicaba a mostrar sus genitales a viandantes del barrio, entre las que se encontraban mujeres. El hombre intimidó a una joven que paseaba a su perro por el barrio.
Los vecinos denunciaban que este tipo de personas son «habituales» por la existencia del centro de acogida de baja exigencia Puerta Bonita. Se trataba de un mendigo que tenía las facultades mentales mermadas por el consumo de sustancias.
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