La bronca se adueña del debate de la fallida moción de censura a Cifuentes
Cruce de acusaciones de corrupción y de insultos en un tenso pleno. Podemos pierde la votación por sólo 27 síes frente a 64 noes y 37 abstenciones
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Más de once horas de debate sobre la moción de censura contra Cristina Cifuentes han dado lugar a una ristra de insultos, cruces de acusaciones y bronca en uno de los plenos más tensos que han tenido lugar en la Asamblea de Madrid. Podemos fracasa en su intento de desbancar a la presidenta regional y a su partido, «el más corrupto de Europa», como les han repetido hasta la saciedad sus diputados a los del PP: sólo cuenta con sus propios votos, 27, frente a 64 «noes» de PP y Ciudadanos y 37 abstenciones del PSOE.
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Aunque los dirigentes de la formación morada acudieron en tromba, con todos sus líderes nacionales , a arropar a los representantes en la región, lo que esperaban que fuera una jornada de críticas enlazadas contra el PP se transformó en algo muy diferente por la estrategia popular de utilizar un resquicio legal para propiciar la intervención de todos los consejeros de Gobierno. Algo que descolocó a los diputados de la oposición y que además retrasó bastante el horario previsto para el pleno.
«Usted estaba ahí siempre, las ha visto pasar todas, ha sido testigo», critica el diputado Morano (Podemos)
El tema estrella ha sido la corrupción política. La primera intervención, justificando la moción, ha sido la del diputado Ramón Espinar . Ha cargado contra las políticas populares en sanidad o educación, o fiscales, con «bajadas de impuestos a los ricos». Ha acusado a Cifuentes de «copiar punto por punto» la estrategia de Esperanza Aguirre para defenderse de la corrupción: «Ella decía que había destapado la Gürtel y usted dice que ha destapado la Lezo, pero ustedes estaban ahí siempre, las ha visto pasar todas, ha sido testigo».
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Tras su exposición de motivos, llegaba el turno de la candidata de su partido para presidir la Comunidad, Lorena Ruiz-Huerta. Pero ésta ha tenido que retrasar en casi una hora su intervención por la estrategia puesta en marcha por el PP: se ha acogido a un artículo del reglamento de la Cámara que permite a cualquier miembro del Gobierno participar en el debate en el momento que quiera. Un cambio de ritmo que ha descolocado a la oposición, provocando las protestas de Podemos y del PSOE.
Y ha sido Ángel Garrido, consejero de Presidencia, el encargado de romper la racha de insultos y acusaciones contra el PP, con una intervención que ha equilibrado la balanza de las críticas: «Acaban de retratar ustedes cuál es su espíritu democrático en esta Cámara: en una moción de censura al gobierno no quieren que intervenga el gobierno», ha ironizado.
Garrido ha comparado la moción de censura con la puesta de largo de Ruiz-Huerta, pero «pagada con dinero público»
Garrido ha definido la moción de censura como «una feria de vanidades», ha criticado la a su juicio carencia total de preparación de Ruiz-Huerta para ser presidenta de la Comunidad Autónoma, y ha comparado la moción con una «puesta de largo» de Ruiz-Huerta, que en este caso «se paga con dinero público». Son, ha recordado, la definición que el propio Ramón Espinar hizo de estas mociones -la de este jueves y la del martes contra Rajoy- hace sólo unos días.
Tras intervenir el consejero, se abrió un turno de réplica -que retrasa aún más la intervención de la candidata de la moción de censura-. Esa misma operación la ha repetido el PP intencionadamente durante todo el pleno, en el que de hecho han intervenido todos los consejeros de Gobierno, uno tras otro, ante la desesperación primero y la resignación después de los diputados de la oposición.
Un modelo productivo que se centre en las energías renovables y otras generadoras de «empleo verde »
Al filo del mediodía le ha llegado finalmente el turno a Lorena Ruiz-Huerta, que por su tono ha bajado la tensión en el ambiente, aunque no ha cejado en las críticas de corrupción al PP, partido al que ha acusado de no haber ganado «limpiamente» ninguna de las últimas campañas electorales porque «todas ellas se han financiado con dinero negro».
En su alternativa de gobierno, ha propuesto cambios en política fiscal para que «se bajen los impuestos a la mayoría social y se syuban a los que tienen más». Y un modelo productivo que se centre en las energías renovables y otras generadoras de «empleo verde », del que ha dicho que podría crear 200.000 puestos de trabajo estables de 2017 a 2020 «si se aplican las políticas adecuadas».
Ruiz-Huerta ha defendido unos servicios públicos de Sanidad y Educación sin recortes y suficientemente dotados , y ha propuesto que la Renta Mínima de Inserción -ahora, ha dicho, «invisibilizada y con una tramitación que es un laberinto»- que «de cobertura a todos los que la necesiten».
No podía faltar en este pleno las referencias al Canal de Isabel II, origen de muchos de los casos de corrupción que ahora se investigan. Ruiz-Huerta ha señalado que «el agua de Madrid ha sido para ustedes una oportunidad de negocio: sólo por lo que han hecho con el agua, merecen la reprobación de los madrileños». El Canal lo han convertido, ha concluído, « en un cocedero de chanchullos , langostas y bogavantes».