Patrimonio inicia la restauración de la muralla medieval de Talamanca del Jarama

Los restos, cuyo origen se remonta al siglo XI y son BIC desde 1931, se descubrieron en 2017

Situación actual de la muralla medieval de Talamanca del Jarama COMUNIDAD DE MADRID
Adrián Delgado

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En 2017 la Comunidad de Madrid sumó a su importante lista de patrimonio el hallazgo de uno de los tramos de la muralla medieval de Talamanca del Jarama . Un descubrimiento realmente valioso a ojos de los expertos que se mantuvo oculto durante más de un siglo por toneladas de tierra adosadas a la tapia de la cartuja, levantada en este lugar entre los siglos XVII y XVIII. Su conjunto está protegido como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1931. Ahora que las circunstancias sanitarias sobre el coronavirus ( Covid-19 ) han permitido retomar las obras, la Dirección General de Patrimonio ha iniciado la restauración de parte de esta joya del siglo XI. Unos trabajos que pretenden consolidar el recinto amurallado que transformó, desde el año 860, un antiguo poblado visigodo —posiblemente Mantua— en la ciudad-fortaleza de Talamanca.

Los restos, bien conservados, tienen su origen en la primitiva muralla musulmana de la época de Muhammad I —hijo de Abderramán II—. Su trazado no ha llegado a nuestros días completo. Por ello, tras su descubrimiento hace tres años, la Comunidad trabaja en la consolidación de su tramo norte, el adosado a la tapia de la Cartuja, cuya factura coincide con las transformaciones que pudo sufrir ya en época cristiana, probablemente en el siglo XIII. «Los estudios arqueológicos desprenden que en este tramo hay restos datados de los siglos XVI, XVII y XVIII», explica a ABC Nieves Montero, jefa del Área de Conservación y Restauración de la Subdirección General de Protección y Conservación. El proyecto de ejecución, que arrancó el pasado 30 de abril, fue redactado en 2019 con el objetivo de poner en valor el lienzo de muralla hallado dos años antes.

«Desde la Comunidad de Madrid consideramos prioritaria la inversión en proyectos como este de Talamanca del Jarama, que nos ayuda a conocer nuestra historia desde el siglo VIII , en plena invasión musulmana, época en la que ya la región madrileña era un lugar estratégico desde el punto de vista geopolítico», subraya la consejera de Cultura y Turismo, Marta Rivera de la Cruz , sobre esta intervención. «No hay que olvidar que los BIC son también un gran atractivo turístico y, por tanto, un valor económico para los municipios de la región», defiende sobre este tipo de proyectos que, en esta ocasión, está dotado con 243.616 euros . El plazo de ejecución es de cinco meses.

La supervisión arquitectónica y arqueológica corresponde a Juan de Dios de la Hoz, quien ya dirigió el proyecto de excavación hace unos años. La intervención, en estas primeras semanas, ha estado centrada en las zonas superiores de las tapias. Los técnicos han retirado restos sin valor histórico para poder reparar y coronar las tapias de la Cartuja , reponer algunas tejas y coser las grietas que dan testimonio del paso del tiempo y su exposición a las inclemencias meteorológicas. Las siguientes labores irán encaminadas a garantizar la seguridad en el perímetro: retirar los escombros para evitar desprendimientos y colocar barandas provisionales.

La Dirección General de Patrimonio también ha encargado realizar estudios, análisis e investigaciones —a través de sondeos— para intentar documentar y determinar la mayor cantidad posible de características materiales, constructivas, históricas y tipológicas de las tapias y la muralla. Por último, se procederá a la restauración del lienzo y torreones encontrados mediante una limpieza general que incluirá el saneado, cajeado y sustitución de algunos sillares dañados. «Se persigue documentar y sacar a la luz un gran tramo de más de cien metros lineales y 7 torreones que se encuentran bajo el nivel de tierras», añade Nieves Montero. «Los trabajos garantizarán además la adecuada conservación y protección del monumento. La intervención tiene un carácter global que tiene en cuenta la adecuada disposición de los sistemas de riego, la proximidad o no de plantaciones y sus tipos, la existencia o no de árboles de porte elevado, la inserción de instalaciones urbanas de recogida de pluviales o iluminación, entre otras», concluye.

Defensa de Toledo y Alcalá

La importancia histórica de este enclave la convirtió, junto con Madrid, en un bastión adelantado para la defensa de Toledo y Alcalá. Esto hizo que sufriera continuas contiendas durante las cuales sus murallas soportaron los daños propios de estas invasiones.

Así, existe constancia de destrucciones en los años 861, 878, 939, 1047, 1050 y 1062 . En 1086 las villas y aldeas dependientes de Talamanca pasaron definitivamente a manos cristianas», explican en Cultura y Turismo. «Después de la batalla de la Navas de Tolosa, en 1212, Talamanca no padeció más ataques y pasó a pertenecer al Arzobispado de Toledo, momento en el cual se realizaron en la muralla numerosas e importantes obras bajo las órdenes del Arzobispo de Toledo, Jiménez de Rada», señalan sobre el momento histórico al que corresponden los restos restaurados.

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