BIC para la procesión que sigue a nado a la Virgen por el río, en Fuentidueña de Tajo
El Gobierno protege como Hecho Cultural esta fiesta, que se celebra desde 1866
La víspera del segundo domingo de septiembre, desde hace más de 150 años, los habitantes de Fuentidueña de Tajo dan vida a una celebración singularísima . Tanto, que está considerada una de las únicas procesiones fluviales de España: durante la madrugada, la Virgen de Alarilla es conducida río abajo en una barcaza iluminada con bombillas de colores, mientras los jóvenes del municipio bajan nadando a su lado. Las características del festejo han hecho que el Gobierno regional declare la fiesta Bien de Interés Cultural en la categoría de Hecho Cultural.
Los fuentidueñeros tienen a mucha honra esta celebración, de la que se tiene memoria desde el año 1866. La pequeña localidad del sureste madrileño (1.985 habitantes) es devota de la Virgen de Alarilla desde tiempo atrás, tal y como recogieron en el siglo XVI las Relaciones Topográficas de Felipe II . Pero en 1886 se produjo un hecho que cambió la historia de las fiestas de la localidad: el general Prim pasó por allí, huyendo de las fuerzas de O’Donnell, tras su fracasado pronunciamiento en el que intentó derrocar a Isabel II. A su paso, mandó derribar el llamado ‘puente viejo’, en un intento por cortar el paso a sus perseguidores. Esta acción militar dejó las dos zonas del pueblo separadas por el río , y obligó a sus vecinos a cruzar la imagen de la Virgen de Alarilla en una barca de maroma cuando vuelve desde su ermita, la víspera de su fiesta.
De carroza a peana
Hasta 1876 no volvió a haber puente en ese paso del río, pero para entonces, la tradición de cruzar a la Virgen en barca ya estaba arraigada. La imagen empieza recorriendo un itinerario procesional en carroza, a ritmo lento como aconseja la solemnidad del momento . Al llegar al puente viejo, la carroza se traslada a una peana con andas en las que, ya en un tono más lúdico, se van turnando los hombres para subirla hasta la ermita.
El paso del general Prim, huyendo de sus enemigos, por la población, y el derribo de su puente, hizo nacer esta original tradición
La imagen queda colocada en un pequeño altar, y ya por la noche, son las mujeres, rodeadas de personas con antorchas, las que bajan a la Virgen hasta el puente nuevo, y hasta la embarcación que la espera en el río. Es el momento de la ‘Embarcación’, seguida muy de cerca por miles de personas, expectantes. La barca está adornada con luces de colores , y la acompañan en su recorrido fluvial, a lo largo de unos 800 metros, jóvenes nadadores.
Además de las autoridades municipales y la Iglesia, los grandes protagonistas de esta ‘Embarcación’ de la Virgen son los habitantes del pueblo. Especialmente, las peñas, y de entre ellas, sobre todo la denominada ‘El Tope ’. Los nadadores son devotos de la Virgen, que se lanzan al agua tras la salida de la barca. Pero también tiene un papel relevante la Confederación Hidrográfica del Tajo, que colabora con la apertura de compuertas para que el curso del río sea lo suficientemente profundo, según recoge el expediente de declaración BIC.
Este se ha puesto en marcha y aprobado porque, a juicio de los responsables de la Consejería de Cultura, que dirige Marta Rivera de la Cruz, es un «hecho cultural de indudable valor y excepcionalidad» , como «procesión fluvial, una expresión de devoción popular de la que hay muy escasos ejemplos», con el «añadido de utilizar para ello una barca de maroma, sistema tradicional de transporte».
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