Los otros escándalos de Alberto San Juan

El actor Alberto San Juan , siempre polémico, sumó un nuevo escándalo a su repertorio. Siempre irreverente y desafiante, ayer representó de nuevo «La Bruja y Don Cristóbal» , la obra por la que los titiriteros Alfonso Lázaro y Raúl García fueron encarcelados el pasado mes de febrero por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo . San Juan estuvo acompañado por la también actriz Gloria Muñoz y otros personajes afines a la izquierda, como el humorista Facu Díaz y el cantante «César Strawberry» (ambos investigados por humillar a las víctimas del terrorismo).

No contentos con escenificar algunos pasajes, en los que se viola a una monja, se ahorca a un juez y se apuñala a un policía, se sacó otra vez el cartel «Gora Alka-ETA» , como en la obra de Carnaval. Pero aún hubo más: se desafió a la justicia al dirigirse al juez instructor del caso: «El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno está de guardia, o sea que a ver si nos lleva a todos para delante o no », manifestó Alberto San Juan al término de la representación, según recogió Europa Press.

Autodenominado como un defensor de los Derechos Humanos y la Libertad, ya ha manifestado en otras ocasiones su extremismo político. Famosa fue su intervención en la gala de los Goya y su apelación al «No a la Guerra» , convirtiendo la ceremonia en un mitin. Este alegato fue compartido por otros compañeros de profesión como Willy Toledo, aunque verlo en una actuación de cierto nivel sea una misión imposible. Hace unos días, también varios artistas firmaron un comunicado para instar a Podemos e IU a formar «una única opción electoral».

Aunque el controvertido artistas se ha erigido en varias ocasiones como un paladín anticapitalista , en una entrevista reciente aseguró que «no sabía en qué se había gastado el dinero» que había ganado. Algo lícito que, sin embargo, no comulga demasiado con sus consignas.

Alberto San Juan, como ha hecho el resto de la izquierda, se ha posicionado a favor del delincuente «Alfon» , condenado por el Tribunal Supremo a cuatro años de prisión por portar explosivos en la huelga del 14 de noviembre de 2012. El actor, al igual que políticos como Alberto Garzón o Rita Maestre, cuestiona una decisión judicial firme bajo la premisa de que es un «preso político».