Iglesias de Madrid
Nuestra Señora Madre del Dolor: el carisma de los Amigonianos hecho templo
La parroquia hace gala de su propuesta de lo esencial en la vida cristiana y su sencillez en las formas, en el trato y en la acogida
En el apacible barrio de La Guindalera está el complejo educativo de la Fundación Caldeiro , encomendada a los religiosos Amigonianos , Congregación de los Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores, fundados por el P. Luis Amigó en 1889 cuando solo contaba con 34 años. La capilla del impresionante edificio, obra del arquitecto Luis María Cabello Lapiedra, es el tempo de la parroquia Nuestra Madre del Dolor , avenida de los Toreros, 45. Caballero Lapiedra fue uno de los exponentes de la arquitectura religiosa más emblemáticos del Madrid de inicios del siglo XX por la aplicación de las corrientes regionalistas y de carácter identitario en sus obras, frente a las influencias extranjeras.
Una parroquia de 8.500 almas , como se decía antes, que ha sufrido un cambio sociológico con el incremento notable de la edad media de la feligresía. Lo que ocurre es que aquí no se nota tanto en la vida de la parroquia porque la atención pastoral del Colegio Fundación Caldeiro está ligada a esta comunidad. Dice el decreto de erección de la parroquia, firmado por don Casimiro Morcillo, que «en atención a las razonables demandas de los párrocos interesados y vistos los informes pertinentes, por el presente disponemos que, en lo sucesivo, las parroquias de San Guillermo y de San Mauricio de Madrid capital se denominen como a continuación se indica: San Guillermo, se denominará Parroquia de Nuestra Madre del Dolor. San Mauricio se denominará Parroquia de nuestra Señora de Aránzazu». La solicitud fue hecha en abril de 1967 por el primer párroco, P. Juan Manuel Alpuente. Y la fecha de creación fue el 12 de julio de 1965, aunque no empezaría a funcionar como tal parroquia hasta el 13 de junio de 1967 . Pero la presencia de los Amigonianos en la atención del Colegio, atención siempre asistencial, viene del año 1910.
Como miembros de la gran familia franciscana, los Amigonianos hacen gala de su capacidad para la propuesta de lo esencial en la vida cristiana, para la sencillez de las formas, en el trato y en la acogida. De hecho, en la comunidad religiosa, compuesta por seis miembros, tres están dedicados también a la parroquia. El actual párroco es el P. Javier López , acompañado por los padres Félix Martínez, quien por cierto es el capellán de los centros de menores de la Comunidad de Madrid, El Laurel y El Lavadero, y el P. Cruz Goñi, una institución en la parroquia y en la diócesis de Madrid. Entre otras razones, y no solo por esa, porque es el capellán de la plaza de toros de Las Ventas, muy conocido en el mundo taurino.
El carisma de los Amigonianos tiene que ver con la atención preferencial a los jóvenes y a las familias con problemas . Como dice una de las formulaciones de su espiritualidad, «los Amigonianos nos sentimos llamados a crecer en el amor, desarrollando particularmente las actitudes de sencillez y de humildad, de compasión y de misericordia, de alegría y de esperanza, y de entrega y generosidad». Dentro de la dimensión comunitaria social, hay que destacar en la parroquia la pastoral de la salud, la atención de personas solas y enfermas, y la Cáritas , que atiende a unas cuarenta familias de la zona. Un número que se ha incrementado durante la pandemia. También organizan una serie de charlas con el nombre de ‘Últimos martes con los primeros’ de sensibilización social. Además, la campaña de solidaridad, en este caso con Costa de Marfil, es otro de los datos de la dimensión misionera de esta parroquia.
La catequesis en un proyecto de continuidad, con un carácter familiar, está bien pensada. Comienza con la primera comunión y llega al grupo Zagales —primero de bachillerato, tiempo para la confirmación—. Después, el grupo de jóvenes, posteriormente el grupo de proyecto de vida. Por último, los adultos se integran en los Cooperadores amigonianos. No hay que olvidar que en la parroquia están los ‘scouts’ de Anahuac. También hay un grupo de Lectio Divina y otro de reflexión de la Encíclica Fratelli Tutti. De la dimensión orante y litúrgica hay que destacar el gran número de misas los domingos , la exposición del Santísimo semanal, el grupo de la Adoración Nocturna y el coro, ahora limitado por los efectos aún de la pandemia.
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