Nuestra Señora de los Álamos: Una inversión social prioritaria
Los juegos infantiles son la música de fondo de esta agradable parroquia, que tiene un entorno cuidado y, sobre todo, un espacio con cancha deportiva en la parte posterior, que hace las delicias presentes y futuras de la vida parroquial
Metro Miguel Hernández, distrito Puente de Vallecas, un Puente de Vallecas que no parece el Puente de Vallecas que podemos tener en nuestro imaginario y que suele ser noticia en los medios. Colonia de los Álamos, una zona apacible, residencial, en un eje asistencial en el que junto a la Parroquia Nuestra Señora de los Álamos , Calle León Felipe, 1, se encuentra el colegio de educación infantil de la zona. De hecho, los juegos infantiles son la música de fondo de esta agradable parroquia, que tiene un entorno cuidado y, sobre todo, un espacio con cancha deportiva en la parte posterior, que hace las delicias presentes y futuras de la vida parroquial, en particular de los más jóvenes. Un espacio que en breve tendrá otra fisonomía gracias, como suele ocurrir, a la generosidad de quienes consideran que la parroquia es una inversión social de primer orden.
No hay buena parroquia sin buenos feligreses y sin buen párroco. Y esto se nota en la conversación con quienes ahora están dedicados al mantenimiento del templo. En este caso, el sacerdote es Víctor González Fernández . Por cierto, autor de un libro, editado por San Dámaso, dedicado, nada más y nada menos, que a los fundamentos teológicos y canónicos de la Vida Consagrada en los padres latinos (Tetuliano, san Cipriano y san Ambrosio) y en los Concilios de Hispania y del norte de África, siglo IV. Una muestra del clero de Madrid, por no decir que así se las gasta la nueva generación de los sacerdotes, también de Vallecas, y así se entienden muchas cosas. Ahora el párroco está acompañado por el recién ordenado sacerdote -no hace ni veinte días- Francis Bowls.
Hablando de la parroquia y de un templo que se caracteriza por una colección de reproducciones, no solo copias, tanto del apostolado de El Greco como de la crucifixión y los misterios principales, obra del feligrés Alejandro Rubio. Un símbolo de cómo esta parroquia no se entendería, en su historia, por un lado, sin la labor de los párrocos anteriores, don Florentino de Miguel y don José Agüero, y sin la participación de los fieles, siempre implicados. Desde que comenzó esa vida en los locales de la calle San Claudio 112, bajo, hasta el presente, esta parroquia ha mantenido una actividad constante de servicio a la causa integral del evangelio .
Son muchas las peculiaridades de esta parroquia. Una primera es la catequesis, que es familiar, los padres protagonistas de la educación de la fe de sus hijos. Segundo, un sistema en la educación de la fe de los adolescentes y los jóvenes que tiene a los Talleres como uno de los centros de actividad. No solo reciben la enseñanza de la fe sino que los catecúmenos se implican en actividades dedicadas al periodismo, el márquetin y las nuevas redes y la jardinería. De ahí nace la revista parroquial, las campañas de los tiempos litúrgicos fuertes y el huerto parroquial ahora en proceso de transformación. Esos talleres marcan también la pauta de la continuidad de la presencia de los jóvenes en la parroquia. Por ejemplo con su participación en el espacio, Evangelio con alegría, del programa Dies Domini, de Radio María o el taller de Caridad.
Y hablando de la Cáritas parroquial , que atiende a unas treinta familias , el párroco insiste en la atención integral a las personas que se acercan con sus necesidades materiales, que son comida y ayuda para sufragar costes básicos, como pueden ser alquileres, servicios de agua, luz, etc. La atención de la acogida en Cáritas, de la compañía y del seguimiento, lleva pareja la propuesta de la integración en la vida sacramental y litúrgica de la parroquia.
No podemos olvidar, como fruto de la intensa actividad de esta parroquia, el campamento urbano , que se reactiva ahora después de la pandemia, 15 días y 40 chavales, el equipo de liturgia, las personas que visitan a los enfermos y, sobre todo, el Año de san José, con la convocatoria de la oración josefina. También la Adoración Eucarística de los jueves de 10.30 a 12.00 horas. Y las misas de los primeros viernes de mes con la espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús al fondo.