Neonazis y ultras de extrema izquierda polarizan las protestas en Moratalaz y Puente de Vallecas
El despliegue policial ha aplacado la tensión en las calles madrileñas una tarde más
Las aguas vuelven a bajar revueltas en Moratalaz . Después de la pelea registrada el miércoles entre un hombre de 34 años contrario a la gestión del Gobierno central y varios jóvenes de extrema izquierda, y de que la Policía Nacional estableciese un amplio dispositivo el jueves para evitar nuevos encontronazos, una decena de neonazis ha puesto en jaque al enclave este viernes tras presentarse en las inmediaciones de la protesta con intenciones nada halagüeñas. Los agentes han tenido que alterar su plan e interceptar a este grupo para después conducirlo al espacio donde se situaban los manifestantes que piden la dimisión de Pedro Sánchez . Todo ello, en medio de un clima de crispación que cada día que pasa parece más enquistado.
Dado el corto número de radicales de extrema derecha desplazado, entre los vecinos de la zona ha comenzado a circular un rumor: «Han venido de caza» . Muchos tenían claro que la idea de los neonazis era la de esperar agazapados para después enfrentarse a sus rivales de Distrito 14 , extremo que no está confirmado. Lo cierto es que pasadas las 9 de la noche, momento de la jornada en que empiezan a sonar las cacerolas, la Policía Nacional ha tenido que acudir hasta un parque cercano tras detectar al peligroso grupo.
Con la situación bajo control, uno y otro bando se han lanzado reproches durante algo más de media hora, el tiempo permitido por los agentes antes de embolsar a los dos bloques en direcciones opuestas. «Fuera nazis de Moratalaz», han gritado los ultraizquierdistas , que han vuelto a recibir el apoyo de parte del vecindario presente. Otros residentes, en cambio, han mostrado su preocupación por el cariz de los acontecimientos, alimentado por las ideas extremistas «sean del signo político que sean».
A la espera de que la Comunidad de Madrid avance a la fase 1 el próximo lunes, todas las miradas en Moratalaz están puestas en este fin de semana, donde se esperan nuevas concentraciones y la más que posible aparición de ultras llegados de otros barrios.
Mientras, a unos pocos kilómetros al sur, en Puente de Vallecas , la réplica a las caceroladas ha dominado las protestas. Ya el pasado fin de semana manifestantes de extrema izquierda expulsaron a poco menos de una decena de personas que se atrevieron a salir a la calle con cacerolas. Y, este viernes, la marcha «antifascista» ha recorrido la calle de Candilejas sin opositores y bajo la supervisión de un par de coches de la Policía Nacional. «¡Fuera fascistas de nuestros barrios!» y «¡Mordaza no, Marlaska dimisión!» han sido las primeras proclamas.
Ni banderas de España, ni himnos nacionales en este barrio de tradición obrera, biensabido territorio de los Bukaneros , los hinchas violentos del Rayo Vallecano. «¡Sanidad pública!», ha sido otro de los cánticos más repetidos. «No es una respuesta a las caceroladas. Las clases populares también creemos que la gestión de la crisis por parte de este Gobierno está siendo deficitaria», ha explicado a ABC Juan Bravo, uno de los «promotores» de la convocatoria. Unos minutos antes, los manifestantes han cerrado la protesta cantando, todos a una: «Aquí están los antifascistas». «Hoy los fascistas no han aparecido» , rezaba un tuit, el pasado lunes, del colectivo juvenil Rebeldía Vallekana.
Desde hace más de una semana, las calles madrileñas son testigos de una calma tensa. Al medio centenar de caceroladas convocadas por toda la región para protestar en contra del Ejecutivo central se oponen otras tantas concentraciones que intentan acallar las primeras. Si bien los enfrentamientos entre ambos bandos no llegan a las manos, sí ha habido ciertos puntos calientes , como el centro de Alcorcón, y episodios violentos, como el que ocurrió este miércoles en Moratalaz.
Con todo, el descontento se despliega por doquier a partir de las nueve, por el momento, sin incidentes reseñables ; en Alcorcón, Ciudad Lineal, Vicálvaro... En la calle de Núñez de Balboa, germen de estos movimientos, ondearon de nuevo las banderas de España, al grito de «¡Gobierno dimisión!», así como en las aceras del distrito de Chamberí. En otras zonas más conflictivas, la presencia policial evita que los grupos radicales terminen por hacer estallar la tensión.
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