La Policía «aísla» a los dos bandos por las protestas y apaga la tensión en Moratalaz
Los agentes han establecido dos cordones para separar a ambos grupos, que han protestado sin incidentes reseñables
Acción, reacción. Como ya sucediera en Alcorcón, la Policía ha aplacado la tensión en el barrio de Moratalaz entre los autodenominados antifascistas y aquellos que salieron de nuevo a la vía pública para mostrar su rechazo a la gestión del Gobierno central. Separados por los agentes, ambos bandos han protestado sin ningún tipo de incidente reseñable. Alrededor de cincuenta afines al grupo de extrema izquierda Distrito 14 se han concentrado en la confluencia de la avenida de Moratalaz con la calle del Camino de los Vinateros, justo el mismo punto donde los manifestantes contrarios al Ejecutivo de Pedro Sánchez llevan días elevando los decibelios con sus ya «famosas» cacerolas.
Moviéndose en apenas 30 metros, los manifestantes contrarios a las caceroladas –en su mayoría de muy corta edad– han portado carteles en los que se podían leer «Los fascistas también son un virus, viva la sanidad pública» o «Con nuestra salud no se juega, fachas fuera», entre otros mensajes. Minutos antes de las 21 horas, el ruido de las cacerolas ha comenzado a tronar en la zona, lo que ha desatado la respuesta de los radicales, apoyados desde la acera de enfrente por más de un centenar de vecinos. Al poco de comenzar la protesta, la Policía ha establecido dos cordones para «aislar» a los bloques enfrentados y fijar un amplio pasillo de seguridad.
Ajenos al revuelo, los adeptos a las protestas surgidas en el barrio de Salamanca han vuelto a gritar «Gobierno dimisión», «Sí se puede» o «Viva España»; consignas que han sido contrarrestadas con cánticos de «Ayuso dimisión» y «Fuera fascistas de nuestros barrios».
«Quienes salen estos días con la bandera al cuello y con la cacerola en mano son los mismos que han aplaudido los recortes en Sanidad que nos han llevado a esta situación», aseguraban horas antes los miembros de Distrito 14 en un comunicado, donde animaban a los vecinos de la zona a «llenar la plaza» , manteniendo la distancia de seguridad en la medida de lo posible, a fin de «exigir de nuevo una sanidad totalmente pública y el fin de la impunidad fascista». Según su versión, el choque registrado el miércoles fue motivado por el hombre, de 34 años y taxista de profesión, que precisó de traslado hospitalario al sufrir un golpe en la cabeza con un objeto contundente.
«Queremos remarcar que no ha habido ningún apuñalamiento, como se está difundiendo en redes sociales, y que todo habría transcurrido con total calma y normalidad, como ocurrió el día anterior, si esta persona no hubiera venido a agredirnos», añadían en la nota. Un mensaje trufado de medias verdades a tenor de lo sucedido en jornadas previas y el propio día del enfrentamiento . El martes, la Policía Nacional tuvo que acudir al enclave para abortar cualquier tipo de conato violento entre los dos bloques. Pese a ello, al día siguiente volvieron a la carga, desatándose la citada pelea, que fue grabada desde diferentes ángulos por varios testigos.
En una de las secuencias, se aprecia a dos jóvenes transitar por el grueso de la cacerolada en actitud desafiante, hasta que el hombre señalado por Distrito 14 sale a su encuentro y lanza el primer golpe. Acto seguido, varios de los integrantes del colectivo de ultraizquierda se suman al tumulto con la intención de agredir al manifestante, que logra escapar tras recibir una lluvia de patadas y puñetazos. Los sanitarios del Samur-Protección Civil lo atendieron por policontusiones antes de trasladarlo al Hospital Gregorio Marañón, donde quedó ingresado. Aunque en otro de los vídeos se observa a un joven –ataviado con una camiseta en la que se puede leer «Odia el racismo»– sangrar de forma notoria por la nariz, ningún equipo médico realizó más intervenciones en el entorno.
Noticias relacionadas