Con minuto de silencio pero sin declaración sobre violencia machista
Vox exigió sin éxito que se nombrara también a otras víctimas, como los niños y los mayores
El pleno de la Asamblea de Madrid, el primero ordinario de la legislatura, comenzó con una bronca: la que provocó la falta de acuerdo en torno a la declaración institucional contra la violencia machista. La costumbre de hacerla cada vez que una mujer falleciera por este motivo se rompió ayer: hubo minuto de silencio de todos los grupos políticos, pero nada más.
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La disputa vino por el texto de esa declaración institucional. Desde la pasada legislatura, se leía en los plenos un texto en que se condenaba y se comprometía a combatir desde la Asamblea «toda forma de violencia contra las mujeres». Pero en esta ocasión, los diputados de Vox plantearon un texto alternativo en el que se incluyera también al resto de víctimas, incluidos niños y personas mayores.
Texto alternativo
Concretamente, en su propuesta se señalaba, además de la «enérgica repulsa y condena ante el asesinato de la víctima de violencia doméstica», este otro párrafo: «Esta Asamblea quiere reafirmar hoy su compromiso firme de combatir, desde esta institución, toda forma de violencia contra toda persona vulnerable y en cualquier circunstancia. Todas las vidas son valiosas. Todas las víctimas importan».
El resto de partidos prefirió ceñirse a los casos de violencia machista, dado que por ellos se realizaba la declaración. Rocío Monasterio (Vox) acusó a «Podemos, Más Madrid y PSOE» de negarse a incluirlos.
El socialista Ángel Gabilondo pidió «no desvirtuar el hecho concreto» de los asesinatos machistas, y «no utilizar a las víctimas para nuestros debates políticos». Insistió en que «por encima de cualquier lectura» el asesinato de mujeres a manos de sus parejas o exparejas es «violencia machista, violencia de género, y no tenemos por qué ocultar esas palabras y empezar a hablar en general de los muertos y fallecidos en el mundo».
«Sin mácula»
Para el portavoz popular Alfonso Serrano, hay precedentes en la Asamblea de desacuerdo en declaraciones institucionales -aunque no en asuntos de violencia machista-, pero lamentó que se dan «cuando un grupo quiere llevar sus posturas maximalistas hasta el final». Lamentó que un texto «válido para todos los grupos que pretendemos acabar con esta lacra», una texto que «no tiene ninguna mácula», no haya podido salir adelante, algo que espera no se repita.
El asunto del combate contra la violencia machista dio lugar también al primer rifi-rafe entre Podemos y el PP : la portavoz del primer grupo, Isabel Serra, preguntó durante el pleno a la presidenta Díaz Ayuso sobre su posición en este punto, diferenciando la «ideología» de los partidos conservadores de los «derechos humanos» que ella defiende; y la jefa del Ejecutivo le recordó los casos de las miembros de su partido que fueron investigadas por su actuación en la presuntos secuestros de sus hijos cuando estaban en la asociación Infancia Libre. Y concluyó, entre el escándalo de la bancada de Podemos, señalando que «las feministas de su partido son como las mantis religiosas».